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Así como un ecosistema natural es un espacio generado por un conjunto de organismos, en el contexto académico los ecosistemas de aprendizaje representan el recurso esencial para el desarrollo de entornos colectivos, con intereses y objetivos comunes, enfocados a la gestión inteligente de la información, así como a la distribución, producción y gestión de nuevo conocimiento.
Descubre cómo funcionan los ecosistemas de aprendizaje, cómo surgieron a partir de la evolución tecnológica en relación con la educación actual y, sobre todo, cómo se pueden implementar en la educación superior para adaptarse a las necesidades de aprendizaje que demandan los nuevos entornos de gestión del conocimiento.
La aceleración de los cambios tecnológicos ha ejercido una fuerte influencia en nuestra vida cotidiana y profesional, esto ha provocado una evolución en la forma en que nos comunicamos, y la manera en que asimilamos la información y la comunicación desde los espacios formativos denominados ecosistema de aprendizaje.
En estos nuevos espacios, los docentes y alumnos se ven inmersos en un constante proceso de adaptación a estos entornos, ya que ambos interactúan a través de dispositivos móviles, aplicaciones y plataformas destinadas a la interacción entre la comunidad académica para distribuir y procesar nuevo conocimiento, con el objetivo de diversificar los mecanismos de participación colectiva.
Como señala la Unesco, un ecosistema de aprendizaje se basa en una diversidad de contenidos, lugares y fuentes de aprendizaje, y depende de la interconectividad. Hoy en día es necesario asimilar el aprendizaje como algo que ocurre en cualquier momento y en cualquier lugar, para adaptarnos a las necesidades individuales y colectivas como parte de la educación del futuro.
Desde la perspectiva de varios expertos, los ecosistemas de aprendizaje han evolucionado a un nuevo sistema colectivo, que destaca por sus cualidades de interacción e interconexión, y su capacidad de respuesta para la gestión, procesamiento y generación de nuevo conocimiento.
En este sentido, los expertos consideran que un ecosistema de aprendizaje se define como un “sistema interactivo establecido entre los agentes activos que lo componen y el entorno en que se involucran a partir de actividades comunes”.
Como podemos ver, el rasgo que caracteriza a un ecosistema educativo es que se compone de “una asociación compleja y dinámica de comunidades digitales que están interconectadas, interrelacionadas, son interdependientes y cohabitan en un entorno digital, interactuando como unidades funcionales fusionadas entre sí a través de acciones, información y el flujo de transacciones.”
En ambos conceptos se puede apreciar que hay un factor recurrente: la interacción colectiva y sistemática entre los actores que participan en la construcción de un ecosistema de aprendizaje, pues al igual que en un ecosistema biológico -dónde los seres vivos se relacionan orgánicamente- en nuestro caso, las relaciones que se producen entre ambos componentes (las personas y el entorno) son capaces de desarrollarse y autoreplicarse.
De esta manera, el ecosistema de aprendizaje forma entornos colaborativos, nodos para “dar vida a un contexto dinámico en el que concurre la colaboración e interacción para la producción de conocimiento”.
Antes de Internet, los ecosistemas de aprendizaje eran estáticos en sus procesos: los grupos de estudio, talleres y colectivos enfocados a un tema específico tenían que enfrentar la carencia tecnológica.
Pero todo cambió a mediados de los años 90, cuando Internet comenzó a replicarse exponencialmente en todo el mundo, permitiendo que los espacios de aprendizaje dieran un salto cuántico, generando los primeros ecosistemas educativos digitales. En este sentido, existen 3 elementos clave de las experiencias de aprendizaje:
Los recursos, herramientas e instrumentos tecnológicos no actúan de forma independiente, sino que se integran de tal forma que generen un sistema eficiente; por ejemplo, al integrar las redes sociales con otros recursos como plataformas LMS o bibliotecas digitales, ampliando el nivel de eficiencia en la comunicación.
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Los usuarios participan de forma activa y dinámica en los procesos de aprendizaje: ya no son solamente los docentes quienes proporcionan la información y los contenidos académicos; ahora es toda la comunidad académica quien aporta conocimientos a través de foros, carga de archivos, o abriendo espacios de estudio colectivo.
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El ecosistema de aprendizaje no se adapta al modelo pedagógico en turno, sino que trabaja en conjunto con él para aprovechar los recursos pertinentes, en favor de las necesidades de los estudiantes.
Cabe señalar que no existe un modelo específico de ecosistema de aprendizaje, y que cada ecosistema responde a las necesidades del entorno y de la comunidad académica que lo diseña, ya que las necesidades de un instituto de educación superior en São Paulo no son las mismas que las de una universidad en Bogotá o de la Ciudad de México. Sin embargo, aunque no hay un modelo específico, existen características generales que se replican en la mayoría de los casos.
Es evidente que un ecosistema de aprendizaje ofrece enormes ventajas para la educación superior, principalmente porque es en las universidades donde más se han estado empleando estos entornos.
Durante generaciones se tuvo la idea de que la educación concluía en la universidad, cuando el estudiante termina una carrera que le permite acceder al mundo laboral. Hoy en día sabemos que no es así, que la educación es un proceso constante y permanente, una actividad que realizamos toda la vida.
La principal ventaja de los ecosistemas de aprendizaje consiste en generar escenarios dinámicos y flexibles, capaces de adaptarse no solo a las necesidades, sino también a las circunstancias del contexto que se vive actualmente en la educación superior.
Aunque también existen otras ventajas específicas que nos permiten comprender la importancia y la dimensión de los ecosistemas de aprendizaje:
La combinación de tecnología, organización, aprendizaje y trabajo colaborativo hacen del ecosistema educativo un entorno que destaca por su eficiencia para atender las necesidades de la comunidad académica.
A diferencia de otros niveles, en la educación superior la información y los contenidos académicos suelen ser mucho más dinámicos y estar en constante actualización. En carreras como ingeniería, medicina o informática destaca la cantidad de bibliografía y recursos que se renuevan a gran velocidad, por lo que es necesario estar a la vanguardia en la captación de contenidos actualizados.
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La sinergia se comprende como la acción efectiva entre diversos organismos actuando, actuando en colaboración e influyendo entre ellos por varios factores. El ecosistema de aprendizaje aprovecha todos sus recursos para generar dicha sinergia.
Los docentes, alumnos y directivos, trabajan en colaboración para alcanzar objetivos específicos: ya sea mejorar la calidad de un servicio, ampliar los recursos académicos, u optimizar los medios de comunicación entre alumnos, todos participan, aportan y afectan positivamente los resultados.
EN 2006, Yochai Benkler, catedrático de la Universidad de Harvard, acuñó el término “trabajo colaborativo” para hablar de la tendencia laboral del futuro. Para ese momento nadie sabía que para el 2020 este modelo de trabajo sería la base de las empresas más importantes del mundo.
En este sentido, los ecosistemas de aprendizaje preparan a los egresados de la educación superior para familiarizarse lo antes posible con esta tendencia, y estar preparados para los retos de una nueva cultura laboral que llegó para quedarse:
Los ecosistemas de aprendizaje no solo están dominando los espacios académicos, sino también los entornos laborales: cada día, son más las empresas que están adaptando sus áreas de desarrollo y capital humano para brindar espacios de capacitación y aprendizaje permanente a sus trabajadores.
En este sentido, es importante considerar que para gestionar un ecosistema de aprendizaje, es imprescindible contar con los recursos tecnológicos, académicos y de gestión educativa más innovadores.
Un ecosistema de aprendizaje puede ofrecer muchas ventajas cuando se diseña y se construye con los recursos adecuados. Es por eso que Pearson ha diseñado una serie de recursos enfocados a ofrecer soluciones de aprendizaje que se adapten de forma integral a cualquier institución de educación superior.
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Islas Torres, C. (2019). Los ecosistemas de aprendizaje y estudiantes universitarios: una propuesta de abordaje sistémico. Revista de psicología y ciencias del comportamiento de la Unidad Académica de Ciencias Jurídicas y Sociales, 10(2), 172-186.
De León Cerda, D. D. J. (2015). Ecosistemas de aprendizaje: una propuesta para abrir los ambientes de aprendizaje.
Tecnológico de Monterrey, Innovación Educativa. (2018, April 26). Elementos que conforman un ecosistema de aprendizaje [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=9c1pAPOgfF4