Entre las prioridades de cualquier institución de educación superior, pública o privada, debe resaltar la actualización del docente como un proceso permanente, continuo y congruente con los retos que enfrentarán los alumnos al egresar.
La importancia de la actualización profesional docente es algo que se conoce desde hace décadas. Por ejemplo, el director de bibliotecas y museos estadounidense, John Cotton Dana (1856-1929), pasó a la historia, además de por sus invaluables aportaciones a la disponibilidad del saber, por la siguiente frase: “Quien se atreva a enseñar, nunca debe dejar de aprender”.
Si esto ya era vigente a principios del siglo pasado, imaginemos la importancia que tiene hoy en día. Los cambios tecnológicos, económicos y socioculturales que enfrenta el mundo están sucediendo de un modo tan acelerado que los docentes deben adaptarse continuamente, cambiando su forma de trabajar y de interpretar el proceso de enseñanza-aprendizaje varias veces a lo largo de su vida profesional.
La capacitación docente es fundamental para la calidad de la educación, misma que a su vez determina, en buena medida, la empleabilidad, la movilidad y la participación ciudadana de las nuevas generaciones, todos ellos factores críticos para el avance socioeconómico de los países en desarrollo.
El nuevo paradigma de la educación coloca a los estudiantes en el centro de su proceso de aprendizaje, y al docente en el papel de guía o facilitador. A diferencia del modelo tradicional, en el cual el maestro tenía un rol protagónico de transmisión unilateral de información, hoy acompaña desde una posición más horizontal, alentando y motivando el aprendizaje significativo y colaborativo.
Esto no significa que su responsabilidad sea menor, todo lo contrario. Es fácil reproducir técnicas pedagógicas rígidas y estandarizadas, pero es mucho más complejo adaptarse a cada momento las realidades y necesidades cambiantes de los estudiantes y de su contexto.
Los profesores universitarios tienen la misión de formar profesionistas capaces de generar progreso, transformar positivamente a su entorno, impulsar la investigación y hacer nuevos descubrimientos; que sean conscientes de su papel en las diversas problemáticas de su comunidad y de su responsabilidad social frente a estas y, no menos importante, con las habilidades necesarias para encontrar y aprovechar oportunidades laborales que les garanticen una buena calidad de vida.
La actualización del docente es la herramienta más importante que le permite a los educadores mantenerse a la altura de este enorme reto. Las mejores universidades se diferencian por hacer con sus profesores lo mismo que las mejores empresas con sus empleados: capacitarlos. Del mismo modo, los mejores docentes hacen consigo mismos lo que hacen los mejores profesionistas de cualquier ramo, seguirse formando.
Recordemos que un docente universitario no es solamente un especialista en una disciplina en particular, también es el encargado de formar a una nueva generación de especialistas, y en tal sentido su preparación no solo es relativa a su área de estudio, también a todo lo relacionado con la educación y sus métodos.
La actualización de los profesores debe ser considerada como un proceso que nunca se termina, sencillamente porque el contexto en el que se da la enseñanza tampoco deja de cambiar y de evolucionar. La responsabilidad de la formación continua recae en igual medida en los docentes -que deben autogestionarla- y en las instituciones -cuya misión es facilitar las condiciones necesarias para que ocurra-.
Aunque por cuestiones prácticas dividimos las áreas principales de la capacitación docente en categorías generales, debemos tener presente que todas se encuentran estrechamente interrelacionadas, y que frecuentemente la actualización demanda abordar conocimientos teóricos y desarrollar habilidades pertenecientes a múltiples áreas de forma simultánea.
Entender cuáles son los problemas de la vida real, tanto locales como globales, en los que nuestra área de conocimientos puede tener un impacto positivo, es el primer paso para generar un plan de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) orientado a la responsabilidad social activa.
Visibilizar las problemáticas, concientizar sobre su gravedad y pasar de la teoría a la práctica a partir de la ética y la toma de postura, permite que las nuevas generaciones pongan manos a la obra y enfrenten exitosamente situaciones que van desde la explotación irracional de recursos naturales hasta los problemas de gobernabilidad de las sociedades en conflicto, por mencionar solo algunos.
Te puede interesar: 👉 Aprendizaje Basado en Proyectos: 5 herramientas para evaluarloLos docentes deben estar actualizados respecto a las tendencias internacionales de formación universitaria más novedosas y efectivas, por ejemplo, el currículum flexible, la educación por competencias que permite aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser; los métodos bilingües, el aula invertida, el design thinking, las ventajas de la gamificación, las rutas de aprendizaje, y un largo etc.
Sobra decir que no basta con conocer estas metodologías, también hay que saber aplicarlas para mejorar continuamente la calidad de su práctica.
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Los profesores universitarios deben estar muy pendientes del surgimiento de nuevas áreas del conocimiento relacionadas con su disciplina, especialmente de aquellas que permiten aprovechar la tecnología para generar nuevas aplicaciones en su campo.
Es importante que sepan cómo trabajar de la mano de otros docentes, dentro de su institución, pero también fuera de ella, para configurar y gestionar proyectos interinstitucionales que aprovechen mejor los resultados de la investigación y la construcción de saberes colectivos. Esto se alinea con la creciente tendencia de la doble titulación o el otorgamiento de títulos conjuntos, a la que ya se están sumando muchas universidades.
El docente debe estar muy familiarizado con las demandas, retos y oportunidades del mercado laboral al que van a egresar sus estudiantes.
Entender qué es lo que están buscando las empresas y cómo se pueden fortalecer esas habilidades para que los alumnos accedan a mejores oportunidades de empleo implica seguir de cerca a los actores más relevantes de su industria y no perder contacto con la realidad que existe afuera de las aulas.
Un docente actualizado en cuestiones de empleabilidad también comprende cómo afectan los cambios políticos y económicos en una parte del mundo a los profesionistas e industrias en otras regiones, cuáles son los cambios a nivel macro en la organización y las condiciones de trabajo, y cómo pueden mejorarse.
Nada avanza tan rápido como la tecnología, este es uno de los aspectos más dinámicos y retadores de la actualización docente y la formación continua, ya que pareciera que no terminamos de familiarizarnos con una herramienta digital cuando ya surgió otra mejor y más compleja.
Todo aquello que ayude a los docentes a agilizar sus actividades administrativas, así como a ofrecer mejores herramientas a sus alumnos, es parte de la actualización tecnológica. Esta va desde la alfabetización digital y el uso de aulas inteligentes, hasta las innovaciones más sofisticadas y especializadas con aplicaciones en proyectos de nuestro campo, por ejemplo, el análisis de datos, la realidad aumentada y la inteligencia artificial.
Finalmente, el docente universitario debe tener entrenamiento continuo en habilidades interpersonales para que pueda fortalecer tanto las propias como las de sus alumnos.
Por ejemplo, el liderazgo es un rasgo muy deseable y puede manifestarse en la adecuada gestión de proyectos y equipos de investigación, pero también en aspectos como la divulgación científica y tener presencia digital con publicaciones de su autoría.
Además del liderazgo, hoy en día destaca la importancia de otras soft skills como la comunicación, el trabajo en equipo, el pensamiento crítico, la responsabilidad social y la autogestión. Todas ellas pueden desarrollarse en el contexto de del ABP.
Las instituciones universitarias que más impacto tienen en el desarrollo de sus comunidades y de la región toman en cuenta estas categorías de actualización para mantenerse competitivas en todo momento, ofreciendo facilidades de formación y exigiendo un verdadero compromiso con la capacitación continua.
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Chapa Alarcón, P; Martínez Chapa; T. (2016) La importancia de la actualización de conocimientos como parte de la formación del docente universitario. Revista Iberoamericana de Producción Académica y Gestión Educativa. Extraído de: https://www.pag.org.mx/index.php/PAG/article/download/420/459/
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