5 formas de motivar la formación profesional en tus universitarios
- Fecha de publicación: 13 de noviembre de 2023
La formación profesional completa es algo que solamente logran dos de cada cien personas en el mundo. ¡Tú puedes ayudar a tus alumnos a alcanzarla!
Índice de Contenido
- ¿Qué es la formación profesional?
- ¿Cuál es la importancia de fomentar la formación profesional en Latinoamérica?
2.1. Contrarrestar el trabajo informal
2.2. Incrementar los salarios
2.3. Promover la inversión extranjera
2.4. Acelerar la modernización de la industria
2.5. Impulsar la investigación científica y las artes - ¿Cómo apoyar a los alumnos para que culminen su formación profesional?
3.1. Formación temprana para el empleo
3.2. Preparar el camino para la universidad desde el bachillerato
3.3. Ofrecer mejores programas de movilidad estudiantil
3.4. Adaptar los planes académicos a proyectos de alta relevancia social
3.5. Invertir en tecnología educativa
Año con año, miles de estudiantes abandonan la escuela en algún punto entre la educación media y la formación profesional. Esto ha traído como consecuencia una escasez de talento cualificado en muchas áreas. La buena noticia es que como instituciones podemos ayudar a revertir esta realidad.
De acuerdo con datos del Banco Mundial en su informe Momento decisivo: La educación superior en América Latina y el Caribe, aunque las tasas de acceso a la educación superior siguen incrementándose, un porcentaje muy bajo de los estudiantes que ingresan a la universidad se gradúa.
En términos de crecimiento macroeconómico y demanda de mercado, aún no existe suficiente capital humano calificado para lograr que América Latina comience a competir con economías más desarrolladas, lo cual sitúa a la educación superior como uno de los pilares del paradigma de desarrollo social.
Hoy revisaremos por qué es importante fomentar que nuestros estudiantes inicien y culminen la educación profesional, y cómo podemos lograrlo con acciones estratégicas antes, durante y después de su ingreso a la universidad.
¿Qué es la formación profesional?
Se entiende por “formación profesional” el conjunto de enseñanzas destinadas a la adquisición de conocimientos, actitudes y habilidades necesarias para ejercer una profesión determinada. También suele llamársele educación universitaria o educación terciaria.
Tradicionalmente, la formación profesional casi siempre implicaba cuatro años o más de estudios presenciales una vez terminada la educación media o bachillerato, aunque actualmente están surgiendo muchas opciones a distancia y más ágiles que se adaptan mejor a las necesidades tanto de los estudiantes como de la industria.
Independientemente del tipo de formación profesional que se elija, es importante culminarla y, más que un título, obtener las habilidades necesarias para desenvolvernos laboralmente en un entorno que se caracteriza por ser cambiante, incierto y que avanza a pasos agigantados de la mano de las nuevas tecnologías.
¿Cuál es la importancia de fomentar la formación profesional en Latinoamérica?
Millones de jóvenes abandonan los estudios en algún punto después de la educación primaria. Muchos de ellos logran desarrollar sus habilidades de maneras alternativas, encontrar fuentes estables de ingresos, emprender y progresar, pero la gran mayoría quedan relegados a trabajos que:
- No ofrecen un salario lo bastante alto como para vivir dignamente (tener acceso a servicios y nutrición de calidad, ahorrar, tener esparcimiento, etc.)
- Pertenecen a la economía informal o incluso a industrias ilegales.
- Están en riesgo constante de ser automatizados. Es decir, frecuentemente son reemplazados por maquinaria que no están capacitados para operar.
Por eso, entre otros beneficios sociales, fomentar la formación profesional permite:
1.- Contrarrestar el trabajo informal
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), actualmente se estima que la economía informal le da sustento a casi la mitad de la población de América Latina y el Caribe. Sin embargo, esto tiene un profundo impacto negativo en la capacidad de los gobiernos de regular a la industria, recaudar impuestos y ofrecer seguridad social.
La educación universitaria disminuye el riesgo de una persona de tener que ingresar a la economía informal, pero también abre posibilidades para que trabaje como profesional autónomo en un contexto regulado y mejor pagado, incluso en el modelo de trabajo remoto con compañías de otros países.
2.- Incrementar los salarios
Aunque existen grandes diferencias dependiendo del ramo de estudios y la situación de la industria en cada país, se estima que tener formación profesional completa le permite a un individuo ganar entre 2.3 y 2.5 veces más que si no tuviera una carrera.
Por otra parte, está comprobado que el nivel de ingresos de los padres es un factor estadísticamente relevante para que los hijos culminen su formación universitaria y puedan acceder a su vez a mejores salarios, lo cual echa a andar un mecanismo de bienestar social transgeneracional.
3.- Promover la inversión extranjera
Uno de los problemas más grandes a los que se están enfrentando las empresas en países desarrollados es la escasez de talento local cualificado, mismo que necesitan para seguir creciendo. Ante este panorama, muchas compañías están apostando por profesionistas latinoamericanos en un esquema de trabajo remoto; sin embargo, la oferta sigue siendo menor que la demanda.
Además de este fenómeno, que es relativamente reciente, el nivel de profesionalización técnica de una región sigue siendo uno de los principales criterios para que las empresas extranjeras abran fábricas o filiales en otros países.
4.- Acelerar la modernización de la industria
Para que los diferentes sectores económicos de Latinoamérica comiencen a modernizarse y a competir con países altamente industrializados, no basta con que se desarrollen las tecnologías necesarias, también se necesita capital humano capacitado para habilitar y sacarle provecho a dichos avances.
Mientras más profesionistas en el ramo STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) haya disponibles en una región, más probable es que las industrias locales puedan desarrollar soluciones tecnológicas adaptadas a sus necesidades, para volverse más productivas y ofrecer mejores condiciones laborales a sus obreros.
5.- Impulsar la investigación científica y las artes
El nivel socioeconómico de una región tiende a ir de la mano con la cantidad de presupuesto que se invierte en el arte y en la investigación científica y ambos son factores clave en el incremento de la calidad de vida de una población.
Como puedes ver, fomentar la formación profesional no solamente beneficia de manera individual a los estudiantes, también es una de las formas más efectivas de hacer un cambio positivo, profundo y duradero en nuestras comunidades.
¿Cómo apoyar a los alumnos para que culminen su formación profesional?
Las causas que llevan a una persona a abandonar sus estudios antes o durante la formación profesional son muchas y, aunque responden principalmente a factores socioeconómicos, hay muchas cosas que las instituciones de educación media y superior pueden hacer para incrementar el número de estudiantes que egresan con sus estudios culminados.
1.- Formación temprana para el empleo
Como ya mencionamos, los factores socioeconómicos son los que mayor impacto tienen en el abandono escolar. No solamente se trata de que los estudiantes no puedan pagar sus estudios, dado que existen múltiples opciones de educación pública, sino que necesitan sumarse al mercado laboral para comenzar a contribuir con el gasto familiar.
En este sentido, una de las mejores estrategias para que continúen estudiando es ayudarles a desarrollar habilidades de alta demanda para empleos de tiempo parcial, por ejemplo, el dominio del idioma inglés o formación técnica en su ramo de estudio desde el primer semestre de la universidad.
Obviamente, esta iniciativa debe complementarse con alianzas laborales y bolsas de empleo que le permitan a los alumnos encontrar fuentes formales de ingresos mientras continúan estudiando.
2.- Preparar el camino para la universidad desde el bachillerato
Llegar a la universidad y encontrarse con un mundo completamente desconocido, con dinámicas y exigencias muy distintas a las que se tenían en el bachillerato, también fomenta que algunos estudiantes se desmotiven y decidan que la formación profesional no es para ellos.
Las instituciones de educación media y educación superior necesitan trabajar en equipo para asegurar que exista una continuidad formativa y que los alumnos que egresan del bachillerato se sientan listos y entusiasmados por iniciar su formación profesional.
Una forma de hacerlo es comenzar a perfilar vocacionalmente a los estudiantes de bachillerato e integrar materias en los últimos semestres de la educación media que se puedan “revalidar” en una serie de carreras universitarias del mismo tronco académico.
3.- Ofrecer mejores programas de movilidad estudiantil
Si culminar una carrera no parece lo bastante atractivo por sí mismo, viajar al extranjero, aprender otros idiomas y convivir con personas de todo el mundo difícilmente no lo es para un estudiante universitario.
Enviar a nuestros estudiantes al extranjero para que tomen cursos especializados o realicen pasantías en empresas internacionales es una gran manera de que adquieran habilidades de alta demanda para el mundo laboral actual y también incrementa las posibilidades, no solo de que terminen su carrera, sino de que continúen formándose en un posgrado o en educación continua.
4.- Adaptar los planes académicos a proyectos de alta relevancia social
Pocas cosas son tan motivadoras para el aprendizaje como el hecho de comprobar que los conocimientos y habilidades que adquirimos realmente tienen una utilidad y un impacto positivo en nuestra vida y en nuestra comunidad.
El aprendizaje basado en proyectos, en cualquiera de sus modalidades, pero especialmente con la metodología design thinking, no solo le ofrece a los estudiantes valiosa experiencia práctica frente a problemáticas de la vida real similares a las que van a enfrentarse, además les brinda un sentido de trabajo que va más allá del meramente económico.
5.- Invertir en tecnología educativa
Finalmente, no debemos olvidar que la modernidad impone la adopción de métodos de enseñanza más eficientes y adaptados al mundo real en que van a desenvolverse los estudiantes. No solo para garantizar la competitividad de las instituciones educativas, también para fomentar que los estudiantes culminen su proceso educativo.
Las nuevas tecnologías de la información -como las plataformas de aprendizaje, las aulas digitales, los salones inteligentes, los simuladores de realidad virtual y en general cualquier herramienta que facilite la enseñanza, tanto presencial como remota- representan una enorme ventaja para los docentes, pero también para que los futuros profesionistas puedan culminar sus estudios con menos inconvenientes de tiempo, presupuesto y distancia.
En Pearson Higher Education tenemos un gran compromiso con la formación profesional de calidad para las nuevas generaciones de jóvenes en Latinoamérica. Por eso, ponemos al alcance de tu institución un amplio abanico de soluciones digitales 100% diseñadas para que todos podamos contribuir a una mejor sociedad.
Referencias
Ferreyra, Maria Marta (2017) Higher Education in Latin America and the Caribbean. Directions in Development. Human Development. World Bank, Washington. Extraido de: https://openknowledge.worldbank.org/handle/10986/26489
UNESCO (2020) Hacia el acceso universal a la educación superior: tendencias internacionales. UNESCO- IELSAC
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