Los avances en tecnología educativa están motivando que los maestros y alumnos deban actualizarse de forma permanente para aprovechar al máximo los recursos y herramientas de aprendizaje.
Sin embargo, el crecimiento exponencial de la tecnología en la educación también ha posibilitado que los recursos informáticos –como la inteligencia artificial– sean cada vez más autónomos, lo que ha puesto sobre la mesa una pregunta polémica: ¿Los maestros podrían ser reemplazados por la tecnología?
De hecho, esta es una pregunta que surge en todos los ámbitos laborales que están siendo cada vez más permeados por las IA´s, el análisis de big data y el machine learning, por mencionar solo algunos, no solo en el terreno de la educación.
Millones de personas alrededor del mundo se preguntan si su trabajo quedará obsoleto frente a la automatización, y eso abarca desde obreros hasta profesionistas especializados. ¿Cómo saber cuáles profesiones sí se verán afectadas y cuáles, más bien, se enriquecerán?, ¿cuál es el factor diferencial más importante entre una inteligencia artificial poderosa y un docente competente?
Para responder estos cuestionamientos tan críticos, podemos empezar haciendo un breve recorrido de la evolución en la tecnología de la educación.
No cabe duda que la tecnología ha permitido que la educación a lo largo y ancho del planeta sea más accesible, inclusiva y democrática. Junto con la llegada de las computadoras personales, la expansión del internet y los primeros buscadores en la década de los noventa, poco a poco algunas parcelas de la enseñanza comenzaron a migrar de lo analógico a lo digital, lo cual abrió la era de la llamada educación 2.0, cuando aparecieron las primeras plataformas LMS.
A mediados de la primera década de los dosmiles, aparece la versión 3.0 de la educación, basada en la idea de que la enseñanza y sus contenidos deben adaptarse a los cambios tecnológicos y sociales, pero sobre todo al contexto y los intereses del estudiante, para ser relevante y efectiva. Por ello, esta etapa se relaciona sobre todo con la idea de la centralidad en el estudiante.
La educación 4.0 refiere al uso generalizado de las últimas tecnologías digitales, es decir, por ejemplo la inteligencia artificial, el big data, la robótica o la realidad aumentada. En la educación 4.0 se mantiene la filosofía centrada en el estudiante, y en la llamada educación 5.0 aparece un enfoque adicional que apunta al desarrollo de habilidades socioemocionales y el aprendizaje basado en proyectos.
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Dado que la inteligencia artificial es, actualmente, la tecnología que más polémica e incertidumbre está levantando, vale la pena entender un poco mejor qué es y cuál es su papel en la educación.
Una IA no es más que un programa informático que opera mediante algoritmos lógicos y data. Esto le permite realizar tareas complejas como reconocer patrones, tomar decisiones basadas en estadísticas o criterios predeterminados, procesar lenguaje e incluso aprender.
Es importante aclarar que cuando decimos que una IA “aprende”, en realidad estamos diciendo que puede calibrar mejor sus respuestas con base en una mayor cantidad de data disponible.
Aunque existen miles de inteligencias artificiales y muchas de ellas ya han sido usadas en educación, una IA de reciente lanzamiento con formato de chatbot y configurada con más de 175 millones de parámetros, llamada Chat GPT, está dando mucho de qué hablar hoy en día, dado que puede ofrecer respuestas con suficiente coherencia y precisión como para dar la sensación de estar chateando con un ser humano con muchos conocimientos de cualquier tema.
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La respuesta corta es no. La respuesta larga implica un poco de memoria histórica, porque en su momento tecnologías como Google, el Internet, las calculadoras, la imprenta y hasta la escritura misma representaron momentos disruptivos en la forma en la que las personas transmitimos conocimientos las unas a las otras.
Pese a que todos estos parteaguas levantaron voces de alarma sobre la obsolescencia del educador, los maestros y docentes siguen siendo tan necesarios hoy en día como lo fueron antes de Gutenberg.
Las inteligencias artificiales actuales pueden generar una ilusión momentánea de autoridad académica, pero la realidad es que la tecnología aún está lejos de crear un algoritmo capaz de desplegar pensamiento crítico genuino, sensibilidad, empatía, flexibilidad y creatividad.
Una IA puede recabar, sintetizar y reconfigurar data que ya existe, lo cual no deja de ser muy útil, pero no puede crear. Incluso con los famosos programas de generación de imágenes automatizadas, como Midjourney, vemos que la IA lo único que hace es generar un modelo estadístico visual a partir de imágenes que ya existen.
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La inteligencia artificial es una gran aliada para la educación en lo relativo a todas las tareas que pueden automatizarse. Y ¿cuáles son las tareas que pueden automatizarse? Aquellas que se relacionan con el procesamiento de datos y con la estadística. De hecho, en este sentido, las IA´s sí son más eficientes que los humanos.
Lo que aún no puede automatizarse es la interpretación que le damos al resultado de esos procesos, la manera en la que los vinculamos con aspectos de otras áreas de la realidad, ni los criterios que determinan nuestro comportamiento a partir de dichas interpretaciones. Además, todas las IA´s dependen de bases de información digital, y aunque el reservorio de esta es cada vez más grande, dista mucho de ser una representación completa de la realidad.
En conclusión, las inteligencias artificiales como Chat GPT no pueden sustituir a un docente competente, pero sí pueden ayudarle mucho a desarrollar mejores estrategias de enseñanza. Veamos cómo.
La principal ventaja de Chat GPT es que permite obtener un panorama sintetizado y aceptablemente confiable de la información que obtendríamos realizando una búsqueda en Google, analizando resultado por resultado.
Por ejemplo, para una clase sobre ideología de género, podemos preguntarle cuáles son los documentos oficiales más recientes de organizaciones internacionales relacionados con la equidad entre hombres y mujeres, y el sistema nos ofrecería cuatro o cinco resultados muy útiles para profundizar en información relevante.
Es importante que no nos quedemos solo con estos resultados y tratemos de investigar un poco más por nuestra cuenta, ya que el chat no es infalible, y, aunque su base de datos se actualiza en tiempo real, no significa que sus respuestas sean las más adecuadas para nuestros objetivos específicos.
Una de las grandes virtudes de Chat GPT como tecnología educativa es que puede ayudarnos a detonar buenas ideas para generar nuevas dinámicas en clase o incluso preguntas estratégicas, ya sea para lluvias de ideas o para exámenes. Por ejemplo, podemos preguntar ¿cómo enseñarles a niños de 5 años sobre la fotosíntesis de forma práctica?
La interdisciplinariedad es uno de los pilares de la educación 4.0, y Chat GPT es útil para responder preguntas clave como ¿cómo se relaciona la robótica con la medicina?, o ¿qué aplicaciones comparten la ciencia de datos y la psicología?
Por ejemplo, podemos pedirle al chatbot que nos haga un resumen de las tendencias educativas más importantes actualmente, o sobre los descubrimientos más recientes de la neurobiología relativos al funcionamiento de la atención, de modo que podamos estructurar mejor las experiencias educativas que impartimos.
Paradójicamente, Chat GPT es la mejor herramienta disponible hasta la fecha para identificar plagio con Chat GPT. Pese a que no le da dos respuestas idénticas a dos usuarios distintos que hacen la misma pregunta, sí resulta bastante intuitivo cotejar una tarea de un alumno con la respuesta del chatbot e identificar trabajos que pudieron haber sido copiados y pegados, sin un trabajo analítico, crítico y creativo de apropiación del conocimiento de por medio.
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Ante la pregunta inicial, “¿Los maestros serán reemplazados por la tecnología?” La respuesta es no: el factor humano que interviene en el proceso pedagógico de la transmisión, desarrollo y gestión de nuevo conocimiento, no se puede replicar de forma artificial, al menos con la tecnología actual.
Esto se debe a que el aprendizaje como factor de desarrollo sigue siendo una característica humana, que depende de la empatía con el otro, es decir, de la comprensión del individuo como ser en formación.
Sin embargo, lo que sí está siendo sustituido, actualizado o renovado a gran velocidad, son los instrumentos y recursos tecnológicos para el aprendizaje, y no cabe duda que las instituciones de educación superior deben contar con soluciones de aprendizaje que se adapten a las nuevas tendencias de la tecnología educativa.
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Morduchowicz, A. (2023, March 21). ChatGPT y educación: ¿oportunidad, amenaza o desafío? Enfoque Educación. https://blogs.iadb.org/educacion/es/chatgpt-educacion/
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¿Puede la tecnología sustituir al docente? (n.d.). ActivistaSNTE. https://soysnte.mx/articulos/puede-la-tecnologia-sustituir-al-docente#:~:text=La%20tecnolog%C3%ADa%20ha%20abierto%20las,generado%20la%20pandemia%20de%20covid.