Índice de Contenido
La inesperada aparición del virus COVID-19 pronto se transformó en un brote pandémico a escala mundial, lo que cambió dramáticamente la vida como la conocíamos hasta ahora, y tuvimos que aprender nuevas formas de socializar, trabajar y seguir aprendiendo.
Para la mayoría de las instituciones educativas, el confinamiento trajo consigo un reto que antes no se había imaginado: hacer de las clases a distancia (que eran una forma alternativa de aprendizaje), el principal modelo educativo para dar soporte a su población estudiantil.
Gradualmente, las medidas sanitarias se relajaron, y muchas escuelas retomaron las clases presenciales, pero con una modificación: ahora las sesiones en línea no eran solamente una modalidad alternativa, sino que se convirtieron en parte integral de esta nueva modalidad híbrida educativa. ¿Profundizamos más en este asunto?
Este modelo educativo no nació con la pandemia, pero sí se hizo mucho más popular a partir de las medidas sanitarias y de confinamiento. En realidad, la educación híbrida surgió para mejorar las clases presenciales involucrando la educación a distancia.
El objetivo central era optimizar las condiciones de aprendizaje para aquellos estudiantes (sobre todo de bachillerato y universidad) que no podían adaptarse a los horarios presenciales, ya sea por falta de tiempo o distancia, o por la necesidad de cumplir con otras obligaciones.
El significado de híbrido en educación adquiere su verdadero valor: dos modalidades de aprendizaje de distinta naturaleza (presencial y a distancia) interactuando de forma integral.
Te puede interesar: 👉 Liderazgo híbrido: el nuevo liderazgo educacional
El Banco Interamericano de Desarrollo (IDB por sus siglas en inglés) consideró en su Reporte 2020 que el modelo híbrido debe “ser guiado por los modelos de ‘aprendizaje profundo’, es decir, que deberán ser experiencias centradas en el estudiante, individualizadas, relevantes y atractivas, y que generen aprendizajes y habilidades que se mantengan a lo largo de la vida”.
Para alcanzar su máximo aprovechamiento, el BID considera cuatro elementos fundamentales:
Un docente híbrido es aquel que domina los entornos de clase de forma presencial como a distancia, de manera simultánea, y aprovechando las ventajas en ambos modelos. Esto implica que debe generar un ambiente orgánico y de cooperación en ambos casos.
Claro que no es una práctica sencilla, y por eso se requiere que tanto las instituciones educativas como los maestros cuenten con espacios de capacitación y actualización profesional que les permita alcanzar su objetivo.
En el aprendizaje híbrido el rol de las y los docentes va más allá del uso de la tecnología en las aulas virtuales, implica contar con habilidades socioemocionales para orientar a los estudiantes a manejar emociones que intervienen directamente en el proceso de aprendizaje, como el sentido de compromiso, empatía, proactividad, interdependencia y trabajo en equipo.
Te puede interesar: 👉 Cambios y tendencias actuales del proceso de enseñanza-aprendizaje
Contar con los elementos físicos para asegurar la conectividad implicó un gran esfuerzo para las instituciones en Latinoamérica; países como Uruguay, Colombia, Chile y Brasil, contaron desde el principio con un alto dominio de su infraestructura digital.
Condiciones digitales de base para el aprendizaje en línea en América Latina y el Caribe.
ALTO | MEDIO ALTO | MEDIO BAJO | BAJO |
Uruguay | Barbados | Jamaica | El Salvador |
Chile | Costa Rica | Paraguay | |
Colombia | Ecuador | Guyana | |
Argentina | Guatemala | Surinam | |
Bahamas | Honduras | Belice | |
Brasil | México | Nicaragua | |
Perú | Panamá | Bolivia | |
Rep. Dom | Haiti | ||
Trinidad y Tobago | Venezuela |
Fuente: Elaboración de los autores con base en Rieble-Aubourg & Viteri (2020).
Otro gran reto es generar un entorno en donde el equipamiento digital en las escuelas pueda adaptarse a las condiciones de acceso a internet de los hogares. Al respecto, la OCDE señala que del 84% de escuelas secundarias en Latinoamérica con acceso a internet, apenas el 33% cuenta con el ancho de banda para brindar aprendizaje híbrido.
Aún teniendo el equipamiento y la conectividad necesaria, esto no asegura el éxito del aprendizaje híbrido, ya que se debe contar con una plataforma dinámica capaz de administrar y suministrar contenidos multimedia.
Las plataformas de gestión de aprendizaje o LMS (Learning Management Systems, por sus siglas en inglés) surgieron hace más de 30 años, pero nunca como hoy se habían vuelto tan indispensables para hacer del aprendizaje híbrido un entorno realmente amigable.
Finalmente, para que el aprendizaje híbrido pueda tener éxito, los expertos recomiendan contar con un SIGED, un Sistema de Información y Gestión Educativa, que sería el equivalente al departamento de administración escolar, pero enfocado a la modalidad híbrida educativa.
El SIGED permite a las instituciones identificar a sus estudiantes y gestionar los elementos que intervienen en su proceso de aprendizaje, desde la administración académica hasta el seguimiento de evaluaciones y contenidos. Además, este sistema permite a las instituciones tomar mejores decisiones a futuro, a partir del análisis de datos y estadísticas proyectivas.
La educación híbrida pasó de ser un modelo alternativo a un sistema de aprendizaje formal en tan solo 3 años, pero la interacción entre los recursos de la educación presencial y la educación a distancia (EAD) siguen generando confusión, por eso resulta importante conocer algunos modelos que, aunque comparten similitudes, no son realmente híbridos.
La clase invertida y el b-Learning son en realidad una especie de educación híbrida, aunque la gran diferencia con el híbrido original consiste en que estos modelos no exigen que los recursos digitales y presenciales interactúen de forma orgánica y en ocasiones simultánea.
Claro que no es un requisito indispensable la sincronización; de hecho, es muy común que las clases híbridas interactúen mediante dos modalidades de clase: sincrónica y asíncrona:
El modelo presencial, como las clases a distancia, tienen sus ventajas particulares; sin embargo, al trabajar con estos modelos de forma separada surgen con mayor claridad sus limitaciones.
La educación presencial, por ejemplo, carece de flexibilidad con los horarios y los espacios de aprendizaje. Y por su parte, la educación en línea puede generar aislamiento y poco sentido de la cooperación o la empatía entre alumnos, sin descontar que el uso de recursos digitales en óptimas condiciones es un requisito indispensable.
La educación híbrida no es solo una fusión entre las clases presenciales y a distancia, ya que sus alcances son mucho mayores. Lo que busca es, precisamente, resarcir las limitaciones entre estos modelos y generar un entorno donde se puedan aprovechar al máximo sus ventajas. Entonces ¿qué ventajas podemos destacar de la educación híbrida?
El estudiante asume con mayor interés y seriedad su rol activo en el proceso de aprendizaje. Toma decisiones individuales y grupales. Decide parcialmente cuándo y cómo quiere involucrarse con las actividades y contenidos. Aprende a interactuar de forma presencial y a distancia, pero también a trabajar individualmente.
El concepto aprendizaje significativo más allá del aula implica que los alumnos encuentran dentro de los contenidos —presenciales y en línea— una relación con el mundo que les rodea, ya sea el mundo físico como el mundo digital.
En una actividad híbrida, los alumnos presenciales y en línea pueden distribuir mejor su tiempo, ya que están conscientes de que pueden acceder fuera de clase a los contenidos digitales, y los alumnos a distancia podrán acceder a una clase presencial donde pueden consultar directamente con el docente.
Los alumnos híbridos tienen una mayor disposición a detectar cuando una actividad requiere ser atendida de inmediato, o se puede quedar pendiente. Siguiendo las bases de la matriz de Eisenhower, pueden determinar cuando algo es urgente e importante, o simplemente importante pero no urgente.
Es poco frecuente que en una clase híbrida existan los tiempos muertos, ya que están previamente planeadas para que al término de una actividad el alumno pueda darle seguimiento a la actividad siguiente. Además, la interacción entre alumnos presenciales y en línea genera un flujo continuo de nuevas actividades.
Te puede interesar: 👉 Claves para una transición tecnológica en educación
La participación del docente como facilitador de contenidos en las clases en línea, y orientador en las clases presenciales, en el modelo híbrido adquiere un papel más cercano al de un coordinador de procesos académicos, donde interviene la planeación, logística y administración.
El docente con perfil híbrido no desaprovecha el tiempo exponiendo frente al grupo o dictando contenidos; al contrario, el ambiente dinámico de la clase híbrida le permite distribuir y gestionar las actividades entre los alumnos, y así poder dedicar más tiempo en actividades de apoyo, planeación y evaluación de resultados.
Es muy frecuente que los maestros en clases presenciales estén demasiado ocupados dando clases como para atender situaciones socioemocionales. Y en las clases en línea, la distancia física dificulta la socialización y la empatía. La educación híbrida contempla estas desventajas y busca que sus dinámicas involucren estos aspectos.
La compra de equipo para impartir clases híbridas no es un gasto, sino una inversión, y sus beneficios se pueden ver reflejados en el corto plazo. Del mismo modo, la redistribución de los espacios físicos, y la reducción de alumnos presenciales, supondrá un ahorro tangible.
Por la misma naturaleza de la educación híbrida, los docentes se ven impulsados a mantenerse en constante capacitación y actualización, lo que favorece a las instituciones educativas que cuentan con maestros cada vez más profesionales.
Las escuelas o universidades que apuestan por una educación híbrida, al mismo tiempo están ampliando sus servicios educativos, lo que se traducirá en mayores posibilidades de captar la atención de los alumnos y padres de familia que se identifican con este modelo educativo.
Como podemos ver, la educación híbrida es más que una alternativa a la educación tradicional, es además un fenómeno de transición hacia la educación del futuro, donde los procesos de aprendizaje serán cada vez más dinámicos y se inclinarán por modelos educativos que integran a todos los modelos anteriores en un sistema flexible y eficiente.
Hoy en día las instituciones académicas, principalmente las universidades, están apostando a la educación híbrida por ser el modelo que mejor se adapta a las necesidades de los estudiantes.
En Pearson Higher Education queremos ayudar a su institución a impartir la enseñanza superior más innovadora, para que sus alumnos tengan más oportunidades al enfrentarse al mercado laboral.
Te invitamos a conocer la Biblioteca Virtual de Pearson Higher Education, que puede ayudar a tu institución a implementar un modelo de educación híbrido moderno y eficiente👇
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Reporte académico 20202: https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/Hablemos-de-politica-educativa-en-America-Latina-y-el-Caribe-2-De-la-educacion-a-distancia-a-la-hibrida-4-elementos-clave-para-hacerla-realidad.pdf
Rosales-Gracia, Sandra, Gómez-López, Víctor M., Durán-Rodríguez, Socorro, Salinas-Fregoso, Margarita, & Saldaña-Cedillo, Sergio. (2008). Modalidad híbrida y presencial: Comparación de dos modalidades educativas. Revista de la educación superior, 37(148), 23-29. Recuperado en 9 de febrero de 2022, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-27602008000400002&lng=es&tlng=es.
Rama, Claudio, La nueva educación híbrida. Cuadernos de Universidades. – No. 11 (2020). Ciudad de México: Unión de Universidades de América Latina y el Caribe, 2020.
ISBN de la colección: 978-607-8066-35-3