¿Cómo formar ciudadanos globales en tu universidad?

  • Fecha de publicación: 8 de abril de 2023
Educación del futuro
Tiempo de lectura: 8 min.

Los ciudadanos globales pueden derribar las barreras culturales y de lenguaje para crear juntos un mundo mejor. ¿Estás contribuyendo a su formación?


Índice de Contenido

  1. ¿Qué es un ciudadano global?
  2. Pensar global, actuar local: del individuo al mundo al que pertenece  
  3. ¿Cómo fomentar la ciudadanía global en tu institución universitaria?
    3.1. Énfasis en la enseñanza del idioma inglés
    3.2. Promover programas de intercambio
    3.3. Generar alianzas para pasantías en el extranjero
    3.4. Realizar ferias internacionales
    3.5. Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) con mentalidad global

La misión más importante de la educación es que nuestros alumnos tengan la capacidad y la motivación para hacer del mundo un lugar mejor y más igualitario.  

Formarlos como ciudadanos globales es una de las formas más eficientes para que tomen conciencia de su responsabilidad humana frente a todas las problemáticas del planeta, tanto medioambientales como sociales.  

El concepto de ciudadanía global está estrechamente ligado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ya que uno de ellos es garantizar una educación inclusiva y de calidad para todos, lo que incluye a la ciudadanía global como una de las estrategias clave para lograrlo.  

¿Cómo garantizar que nuestra institución fomente el desarrollo de habilidades y saberes particularmente útiles para enfrentar los retos más apremiantes del mundo globalizado?, eso es justamente de lo que hablaremos hoy.  

¿Qué es un ciudadano global?

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Hay muchos rasgos que caracterizan a un ciudadano global, por ejemplo, la curiosidad, la empatía, la proactividad y el optimismo.  

A grandes rasgos, se trata de personas que se asumen como parte de una comunidad internacional conformada por personas con distintos estilos de vida, formas de pensar, tradiciones e intereses. Pero también con una esencia humana, valores de vida y responsabilidades con los demás y con el medio ambiente que nos son comunes a todos.  

La ciudadanía global implica dejar de pensar en términos de “nosotros y ellos”, para comenzar a ejercer la tolerancia, la comprensión y la curiosidad desde una intencionalidad de integración y desarrollo sostenible para todos, y no de explotación ni de competencia. En otras palabras, el ciudadano global elige eliminar barreras en lugar de crearlas; compartir en lugar de acaparar.  

Tampoco podemos pasar por alto el hecho de que la ciudadanía global incrementa la empleabilidad de muchas maneras, pues desarrolla la capacidad de colaborar con empresas internacionales, en distintas partes del mundo y con equipos de trabajo y clientes multiculturales.  

Pensar global, actuar local: del individuo al mundo al que pertenece  

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Para desarrollar una mentalidad global, además de tener contacto con otras culturas, idiomas y formas de pensar, una persona necesita entender cómo sus acciones afectan a su entorno circundante e inmediato y cómo, directa o indirectamente, también impactan para bien o para mal en todo el planeta.

Adicionalmente, debemos entender que nuestro modo de vida y las condiciones socioeconómicas de nuestra comunidad son el resultado de la combinación de cientos de factores que conjugan geografía, historia, intereses macroeconómicos, estilos de comunicación local y mucho más.  

De esta manera, podemos posicionarnos a nosotros mismos como parte de una red humana universal que está profundamente interconectada, y comenzar a modificar nuestras propias acciones y actitudes. Primero de forma individual y local, luego sumando fuerzas comunitarias para lograr impactos más globales.  

Es importante mencionar que la ciudadanía global se contrapone de muchas maneras a la mentalidad capitalista, que si bien puede encontrar una gran aliada en la globalización, tiende a utilizarla como una herramienta para la mera acumulación de capital y no para la creación de bienestar social.  

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¿Cómo fomentar la ciudadanía global en tu institución universitaria?

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En las universidades recae gran parte del reto de formar ciudadanos globales. La ciudadanía global en la enseñanza superior es una filosofía que atraviesa a toda la institución.  

Cada universidad es diferente, pero establecer las condiciones necesarias para que tanto los estudiantes como los docentes y la universidad misma se conviertan en factores de cambio positivo, siempre puede lograrse. 

Algunas de las estrategias más eficientes para procurar la ciudadanía global de las nuevas generaciones de profesionistas son las siguientes:

1. Énfasis en la enseñanza del idioma inglés

El inglés no es la lengua materna más hablada en el mundo, pero sí es la segunda lengua más extendida y el idioma de la globalización por excelencia. Incluso el nivel más básico de inglés puede abrirles muchas puertas a tus estudiantes.  

Por ejemplo, para conseguir una working holiday visa en Australia tan solo se necesita un inglés funcional muy básico. Obviamente, mientras mayor sea el dominio de esta lengua, más facilidades tienen los jóvenes para estudiar en otros países, o encontrar empleos internacionales al egresar.  

Para contribuir a una mentalidad global, es preferible que el inglés no se trate solo como una materia aislada, sino también como el idioma en el que se imparten otras materias de la carrera.  

Vale la pena considerar que economías como la de China e India están creciendo a pasos agigantados y ganando un protagonismo internacional nunca antes visto. Tanto así, que muchos expertos concuerdan en que estamos atravesando por el llamado “siglo asiático”. Después del inglés, el chino se perfila como el idioma más importante para el futuro.  

En resumen: contar con docentes bilingües y multidisciplinarios es una gran inversión para las universidades que quieren ayudar a sus estudiantes a expandir sus horizontes desde la enseñanza.  banner ebook soluciones y tendencias educativas

2. Promover programas de intercambio

Además de invertir más recursos y esfuerzo en la movilidad de nuestros estudiantes y en recibir alumnos de otras partes del mundo para que sean embajadores culturales en nuestra institución, debemos comenzar a mirar otras opciones de intercambio, además de las tradicionales. 

Es decir, generalmente los alumnos pasan un periodo educativo o hacen un curso en una universidad en otro país, pero esta no es la única opción para que desarrollen la ciudadanía global.  

Por ejemplo, los voluntariados y los estudios de campo también son excelentes formas de que se familiaricen con otras realidades y culturas. Existen muchas organizaciones internacionales para voluntariados por temporada.  

A veces lo único que se necesita hacer es darles un espacio para promocionarse en nuestra universidad, así como brindar facilidades y alicientes a los alumnos para que tomen esas oportunidades.  

Incluso, en algunas instituciones de educación media o superior, realizar voluntariados en el extranjero no es opcional, sino parte del plan curricular básico.  

3. Generar alianzas para pasantías en el extranjero

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Las pasantías, también llamadas “servicio social” en algunos países, son un requisito generalizado para titularse en muchas universidades públicas, así como una forma de ganar experiencia laboral antes de egresar al competitivo mercado del trabajo.  

Al crear alianzas para que empresas, instituciones y organizaciones de otros países reciban a nuestros estudiantes, debemos darle preferencia a aquellas que realmente les permitan aplicar y fortalecer habilidades clave para la ciudadanía global. 

Es decir, estudiar o trabajar en el extranjero no es algo que baste por sí mismo para fomentar una mentalidad global si no entramos en contacto con nuevas formas de pensar y diferentes maneras de solucionar problemas que nos atañen a todos.

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4. Realizar ferias internacionales

Las ferias internacionales pueden aprovecharse para conocer tradiciones, platillos, música y curiosidades de otros países, pero en el contexto universitario, deben de ser sobre todo una herramienta para comprender cómo funcionan otras sociedades a nivel macroeconómico y cultural. 

Su objetivo principal debe ser el de identificar cuáles son los puntos en común que subyacen a nuestras diferencias. Eso va mucho más allá de nuestros platillos típicos o nuestra religión, si no que abarca los diferentes sistemas políticos, formas de organizar la mano de obra y de explotar los recursos naturales, formas en las que ejercemos (o no) nuestra ciudadanía, etc. 

Las ferias internacionales, más allá de ser eventos altamente recreativos, tienen que ayudarnos a generar conciencia y empatía. Por ejemplo, sobre cómo nuestros hábitos de consumo en el mundo occidentalizado afectan a las poblaciones más remotas en África, o cómo la demanda de mano de obra en ciertas regiones afecta la migración en nuestra comunidad.

5. Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) con mentalidad global

Ya hemos hablado bastante de la importancia del aprendizaje basado en proyectos y sus distintas modalidades, como el design thinking y los proyectos STEM. Una de las premisas básicas de este tipo de enseñanza es que los estudiantes deben poder desarrollar soluciones a problemas de la vida real que son relevantes para ellos y para su comunidad. 

Sin embargo, esto no entra en controversia con la mentalidad global, sencillamente porque para el ciudadano global el mundo entero es su aldea. Si bien es importante que los estudiantes aprendan a generar un impacto positivo en sus propias regiones, eso no significa que no puedan poner sus habilidades y saberes al servicio de comunidades remotas. 

Por poner solo un ejemplo, los estudiantes de agro ingeniería de una universidad en Colombia pueden embarcarse en un proyecto de sustentabilidad especialmente diseñado para ayudar a comunidades en Kenia que no cuentan con la tecnología o los recursos para desarrollarlas por sí mismos.  

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La mayoría de las veces, las soluciones de sustentabilidad que le funcionan a una comunidad tienen aplicaciones útiles en muchas otras. Lo fundamental es no perder de vista el objetivo más importante: contribuir a la construcción de un mundo mejor para todos los que habitan en él.  

En Pearson Higher Education tenemos un gran compromiso con la educación universitaria en América Latina. Creemos que contribuir a la formación de ciudadanos globales es una de nuestras responsabilidades más urgentes, por eso hemos desarrollado un amplio abanico de soluciones para instituciones como la tuya.  

¡Conoce todas las herramientas que tenemos para ti y para tus estudiantes!

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