Contar con una biblioteca digital ya puede considerarse una necesidad esencial para cualquier universidad. Estas plataformas no solo ofrecen una amplia gama de recursos académicos actualizados y que pueden consultarse desde cualquier lugar, sino que también facilitan la investigación, el aprendizaje y la colaboración entre estudiantes y profesores.
Sin embargo, hoy en día ofrecerles a tus alumnos y docentes acceso a un amplio acervo de libros desde sus dispositivos móviles ya no es suficiente. En la era digital, garantizar una experiencia de usuario (UX) positiva se ha convertido en un factor determinante de la continuidad y el compromiso en cualquier interacción con la tecnología y con el mundo virtual.
Dicho de otra manera, una biblioteca virtual fácil de usar, que cuente con funcionalidades clave, capaces de agilizar el estudio y de convertir el proceso académico en algo más agradable y dinámico, es la mejor estrategia para que todos en tu universidad realmente aprovechen al máximo la inversión que estás realizando.
Precisamente, hoy aprenderemos qué define una buena experiencia de usuario en una biblioteca virtual y en otras plataformas educativas, como los LMS.
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La experiencia de usuario es un término que se refiere a cuán satisfactoria es para el usuario la interacción con una plataforma o herramienta digital. Entre otras cosas, engloba la facilidad de uso, la accesibilidad, la eficiencia, la tolerancia al error e incluso la estética.
Ahora bien, muchas universidades han implementado su infraestructura digital sin tomar en cuenta el diseño UX, lo que deriva en sistemas complicados de usar, con una curva de aprendizaje muy larga y que no motivan a los estudiantes o docentes a sacar más provecho de la tecnología. Por el contrario, adquirir herramientas que ofrezcan una buena experiencia de usuario conlleva varias ventajas:
Aprendizaje más eficiente: una buena experiencia de usuario en plataformas educativas asegura que los estudiantes puedan acceder al contenido y las herramientas que necesitan sin obstáculos, permitiéndoles centrarse en el aprendizaje en lugar de lidiar con interfaces complicadas.
Incremento del éxito académico: las plataformas intuitivas y fáciles de usar aumentan la probabilidad de que los estudiantes continúen utilizando los recursos digitales proporcionados por la universidad, lo que puede traducirse en tasas de éxito académico más altas.
Adaptabilidad: las universidades generalmente atienden a una amplia gama de estudiantes, desde nativos digitales hasta aquellos de generaciones anteriores, menos familiarizados con la tecnología. Una UX bien diseñada garantiza que todos, independientemente de su nivel de habilidad tecnológica, puedan navegar y utilizar las plataformas de manera efectiva.
Reputación y competitividad: en un mundo cada vez más digitalizado, las universidades con mejores experiencias digitales ofrecen una propuesta de valor más atractiva. Una buena UX en toda la infraestructura digital puede ser un factor determinante para que los futuros estudiantes elijan una institución sobre otra.
Reducción de costos a largo plazo: las plataformas intuitivas y fáciles de usar reducen la necesidad de invertir en capacitación, soporte técnico y correcciones costosas.
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Las primeras bibliotecas aparecieron en la antigua Mesopotamia alrededor del 2600 a.C. y en lugar de contener libros como hoy en día los conocemos, contaban con miles y miles de tablillas de arcilla que podrían llegar a pesar toneladas. Con la llegada de tecnologías como el papiro se volvió mucho más sencillo guardar y gestionar grandes cantidades de información.
Las bibliotecas representaron un parteaguas en la historia de la civilización y durante muchos años fueron símbolo de poder en los grandes imperios. Aun así, la mayoría de las personas comunes y corrientes no tenían acceso a ellas. De hecho, ni siquiera sabían leer, y mucho menos interpretar escritos en otros idiomas.
Por su parte, las bibliotecas estaban llenas de bibliotecarios tratando de categorizar textos que muchas veces no entendían del todo, así como de traductores, escribas, sacerdotes, monjes, intelectuales o filósofos, realizando arduas tareas manuales como la transcripción y la compilación, que podían llegar a tardar años.
Aunque le debemos demasiado a esas primeras bibliotecas, la realidad es que la experiencia del usuario era muy poco amigable. De hecho, no hace falta mirar demasiado atrás para recordar lo complejo que podía llegar a ser ubicar un tomo o un autor mediante el sistema manual de fichas bibliográficas. Todo esto cambió gracias a la informática, que permitió generar bases de datos capaces de facilitar y enriquecer toda clase de búsquedas en los anaqueles físicos.
Algunas de las ventajas que comparten la mayoría de las bibliotecas digitales en cuanto a experiencia de usuario son las siguientes:
Ahorro de espacio: los libros de las bibliotecas virtuales se “guardan” en servidores que pueden almacenar millones de archivos en espacios sumamente reducidos. Por su parte, los usuarios pueden disfrutar miles de títulos en un solo dispositivo de lectura digital, como un teléfono inteligente o un Kindle.
Acceso 24/7: Las bibliotecas virtuales están disponibles en cualquier momento y desde cualquier lugar, lo que permite a los estudiantes acceder a los recursos cuando más los necesitan, ya sea durante una noche de estudio o mientras trabajan en un proyecto de investigación en otro país.
Recursos actualizados: A diferencia de las bibliotecas físicas, las digitales pueden actualizarse constantemente con las últimas publicaciones y recursos, garantizando que los estudiantes y profesores tengan acceso a la información más reciente.
Reducción de costos: eliminar la necesidad de espacio físico y mantenimiento implica ahorros significativos. Adicionalmente, los libros electrónicos suelen ser más económicos, y a diferencia de los libros en físico no se desgastan ni arruinan con el uso constante.
Ya vimos algunas de las ventajas de una biblioteca digital, pero si lo que estás buscando es una UX realmente competitiva, toma en cuenta diez características clave al momento de elegir una herramienta de este tipo para tu universidad:
En conclusión, la UX es un componente esencial de la infraestructura digital de cualquier universidad moderna. Garantizar que las plataformas y herramientas sean accesibles, intuitivas y eficientes no solo mejora la experiencia educativa de los estudiantes, sino que también posiciona a tu institución como líder en educación digital.
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Carrera Mora, O. Y., Delgado de los Santos, S. A., Ovando Chico, M. C., & Contreras Medina, E. (2017). Factores que incentivan el uso de la biblioteca virtual en los estudiantes universitarios: un estudio de caso de la Universidad de Gómez Palacio de Durango. Biblios.
Coletta, T. das G., & Rozenfeld, H. (2007). Indicadores de rendimiento para bibliotecas universitarias: definiciones y aplicaciones desde el punto de vista de la literatura. Extraído de: https://www.scielo.br/j/pci/a/rXWkD7mQT3BwCk6zMtCrSRr/?format=pdf&lang=pt