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Las bibliotecas digitales son el complemento esencial para enriquecer y optimizar la transmisión de conocimiento. ¿Aún no cuentas con una? En esta ocasión te daremos 5 razones de peso para implementarla en tu institución.
Las bibliotecas son el dispensario de la educación, cultura y progreso. Crean el escenario ideal para adquirir y compartir información actualizada y relevante; además, permiten a profesores y alumnos (y en general a toda la comunidad académica) aprovechar recursos escolares que en otras circunstancias sería complejo adquirir.
Una biblioteca escolar no es solo un conjunto de títulos de consulta, mucho menos un espacio destinado a “almacenar” libros. En realidad su función va mucho más lejos y está enfocada a impulsar y adaptar el conocimiento de nuestros alumnos a sus necesidades actuales.
Nadie duda de las ventajas de contar con una biblioteca escolar, pero ¿realmente sabemos qué ventajas ofrecen? Aquí te compartimos las más importantes:
Para comprender esta transición debemos recordar cómo evolucionó la educación 1.0 a su versión 5.0.
La educación 1.0 aplicaba las TIC de forma unidireccional: los alumnos recibían la información de forma pasiva. Técnicamente, el proceso consistía en migrar la educación tradicional a un formato digital, pero en esencia los recursos seguían siendo los mismos; apuntes, artículos, libros de texto y en algunas ocasiones vídeos, se usaban de forma “digital” sin que el alumno interactuara con ellos.
La implementación de la Inteligencia Artificial dio lugar a la educación 5.0, una tendencia que se centra en la personalización, la interconexión y el uso estratégico de la tecnología. De esta manera, se busca transformar la experiencia educativa, pero con un enfoque humanista que ayude a formar a los ciudadanos del futuro.
Ahora mismo, los estudiantes pueden disponer desde sus dispositivos de una cantidad casi infinita de recursos académicos que ya no son dictados por el profesor, quien ahora tiene la misión de facilitar y orientar al alumno en el uso eficiente y provechoso de esa información.
Durante este proceso, las instituciones académicas comenzaron a digitalizar sus bibliotecas y convertirlas en centros de conocimiento global, transformando radicalmente la forma en que se accedía a la información.
Pero ¿qué ocurrió con las bibliotecas físicas? Es un hecho que tendría repercusiones. Su uso disminuyó de forma considerable y su rol dejó de ser principalmente académico para pasar a ser más cultural.
Aunque hay opiniones encontradas y algunos expertos señalan con preocupación que el futuro de las bibliotecas físicas es incierto, otros señalan que no desaparecerán sino que se transformarán; ahora su papel en la sociedad será el de espacios diseñados para preservar el conocimiento como respaldo y patrimonio cultural de la humanidad.
Este es el punto crucial donde las bibliotecas digitales tomaron un papel protagónico: tan solo en 2020 incrementó su uso hasta en un 48%, y la tendencia sugiere que seguirá en aumento hasta posicionarse como el principal recurso digital en las escuelas.
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Es probable que aun con los datos anteriores pudieras pensar que todavía es prematuro implementar una biblioteca digital en tu institución; sin embargo, después de leer las siguientes razones tal vez consideres que el momento ha llegado
Nada como poder acceder y consultar tu biblioteca digital en cualquier momento y desde cualquier dispositivo. Ahora que la pandemia mundial presionó a las escuelas para implementar el modelo de educación a distancia como principal sistema educativo, sin el recurso de la biblioteca digital esto hubiera sido técnicamente imposible.
La accesibilidad total que ofrece una biblioteca digital al no depender de un registro físico, un tiempo de entrega, o de espera para un título que no está en existencia, son factores que ya no interfieren en el proceso de aprendizaje, optimizando el tiempo de una forma que jamás en la historia de la educación se había logrado
Aceptémoslo, las nuevas generaciones acuden a una biblioteca física como una experiencia similar a visitar un museo. Las bibliotecas digitales no solo se adaptan a sus hábitos de búsqueda de información, sino que permiten orientarlos para que esas búsquedas sean efectivas, alejándolos de sitios poco confiables.
Por otro lado, el diseño y estructura de las bibliotecas digitales (sobre todo las versiones comerciales) suelen ser responsivas, esto quiere decir que se adaptan a la mayoría de los dispositivos (teléfonos móviles, tabletas o PC) lo que permite que los estudiantes se familiaricen de inmediato con su uso.
La personalización, por su parte, genera un sentido de pertenencia con la institución y el resto de la comunidad académica, debido a que la escuela puede adaptar a sus intereses y necesidades la diversidad de contenidos. La biblioteca digital se convierte no solo en un repositorio de libros, sino en una extensión de los contenidos que integran los planes de estudio.
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Hablamos de ampliar la experiencia de lectura a otras posibilidades. Una biblioteca digital se convierte además en una hemeroteca o kiosco virtual donde los estudiantes pueden tener acceso a revistas, periódicos, gacetas e incluso historietas.
También se abre la posibilidad de implementar galerías de imágenes, catálogos de infografías y una gran variedad de formatos en archivos multimedia, incrementando el nivel de adaptabilidad, además de ofrecer otras alternativas y recursos pedagógicos.
Piensa en la ventaja de contar con las ediciones más recientes en tu biblioteca digital y no tener que esperar meses a la impresión de la última versión. En el caso de la comunidad científica y académica esto supone una gran ventaja porque les permite estar a la vanguardia en sus campos de estudio.
A diferencia de la biblioteca tradicional, donde la introducción de nuevos títulos o ediciones implica toda una reconfiguración del espacio y la administración de todos los títulos, la biblioteca digital permite realizar estas configuraciones en minutos.
Con la biblioteca digital siempre será un ganar/ganar, tanto para la institución como para los usuarios. La reducción de costos de operación es bastante notable. Por ejemplo, se requerirá de mucho menos personal de atención a los usuarios.
El mantenimiento del espacio físico queda descartado al convertirse en un mantenimiento virtual que no requiere de procesos especializados. También nos olvidamos del mantenimiento de los libros físicos, considerar la temperatura, la humedad y el peso (factores esenciales para el cuidado en una biblioteca tradicional).
Hablamos además del beneficio de rentabilidad por volumen, espacio y cantidad de títulos: la biblioteca física debe invertir en decenas o cientos de copias de un libro con un costo por cada unidad; en la versión digital solo es necesario invertir en un solo libro digital que podrá compartirse y replicarse de forma ilimitada, lo que marca un enorme ahorro de inversión.
Sin duda, contar con una biblioteca digital hoy en día es una prioridad para las instituciones que quieran mantenerse a la vanguardia y hacerle frente a los retos de la educación a distancia.
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Zamora Fonseca, Raquel, & Cañedo Iglesias, Carlos (2008). La Biblioteca Virtual: Reflexiones y consideraciones teóricas. Biblios, (33),1-14.[fecha de Consulta 23 de julio de 2021]. ISSN:. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=16118983004