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Además de las habilidades técnicas relacionadas con cada puesto laboral, las competencias como la comunicación, la colaboración y la gestión del tiempo actualmente son altamente valoradas por los empleadores, pero muchas veces no se abordan con la profundidad necesaria en las universidades. Por suerte, las microcertificaciones están cambiando este panorama y ofreciendo alternativas para una formación más integral, sin tener que alterar profundamente tus programas académicos.
Estas credenciales modulares permiten a los estudiantes desarrollar y validar rápidamente habilidades de toda clase y, aunque tradicionalmente se han enfocado en competencias específicas relacionadas con la tecnología, también tienen un papel protagónico para fortalecer de manera viable las soft skills o habilidades blandas de los egresados, lo que facilita su empleabilidad y adaptación al mercado laboral.
Si aún no integras las microcertificaciones como parte de tu oferta académica, o no sabes cómo usarlas para el desarrollo de competencias blandas, sigue leyendo porque aquí encontrarás información crítica al respecto.
Una microcertificación es una credencial que certifica el dominio de una habilidad específica en un formato más reducido y accesible que los títulos tradicionales. A diferencia de los diplomas o certificaciones completas, las microcertificaciones están diseñadas para ser modulares; es decir, se enfocan en áreas muy concretas y pueden integrarse en el marco educativo existente o completarse de manera independiente.
Las microcertificaciones suelen ser rápidas y específicas, lo que permite a los estudiantes y profesionales adquirir y demostrar competencias en sectores clave sin necesidad de realizar programas prolongados. Además, las microcertificaciones cuentan con la ventaja de ser digitales y verificables, facilitando su incorporación en redes profesionales como LinkedIn, lo cual refuerza la credibilidad en el mercado laboral del aspirante.
El concepto de microcredenciales ha existido por bastante tiempo. De hecho, las escuelas vocacionales llevan años ofreciendo formaciones que, en la actualidad, se podrían considerar “microcredenciales” en modalidad presencial, en áreas como la electricidad, la plomería o la reparación automotriz. n cuanto al mundo virtual, hace más de una década, la Fundación Mozilla y la Fundación MacArthur impulsaron las primeras insignias digitales para reconocer habilidades y logros.
En la educación superior, estas credenciales comenzaron a destacarse hace un par de décadas, al poder completarse en mucho menos tiempo que un título tradicional de dos o cuatro años. Esto las convierte en una opción ideal para estudiantes que, por sus compromisos laborales o familiares, requieren aprender rápidamente y traducir ese conocimiento en oportunidades económicas.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), como resultado del interés de gobiernos, empresas y sector educativo por satisfacer la demanda de trabajadores capacitados, la oferta de microcredenciales avaladas por alguna institución se ha triplicado en los últimos cuatro años a nivel global.
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Las microcertificaciones ofrecen una serie de beneficios tanto para los estudiantes como para las instituciones académicas. Entre ellos destacan:
Las microcertificaciones aumentan las probabilidades de ser contratado, pues vuelven al CV de los recién egresados más atractivos para los empleadores. Una encuesta reciente sobre empleabilidad realizada por Coursera reveló que el 88% de los estudiantes y recién graduados en México considera que esto les brindará una ventaja al destacarse ante posibles empleadores, por su parte, el 95% de los empleadores coincidió en que la obtención de microcredenciales o insignias digitales refuerza significativamente la candidatura de un postulante.
Además, como muchas microcertificaciones tienen validez internacional, promueven la integración de profesionales en el mercado global. Finalmente, de acuerdo con datos del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, los profesionales con microcredenciales tienen un 27% más de probabilidades obtener una promoción laboral.
Al estar diseñadas como módulos cortos y accesibles, las microcertificaciones brindan a los estudiantes la flexibilidad de aprender a su propio ritmo. Los estudiantes pueden completar estas credenciales según su disponibilidad y necesidades de aprendizaje, lo que las hace ideales para aquellos que combinan estudios con trabajo u otras responsabilidades. Desde la perspectiva de las instituciones, esta flexibilidad permite ofrecer soluciones de aprendizaje más accesibles y adaptadas a las diferentes circunstancias de los alumnos.
A diferencia de los títulos tradicionales, que pueden tomar años en completarse, las microcertificaciones permiten que los estudiantes reciban un reconocimiento inmediato por sus avances en habilidades específicas. Esta validación rápida los motiva para continuar aprendiendo y obteniendo más certificaciones. Para las universidades, la posibilidad de otorgar microcertificaciones también representa una forma eficiente de reconocer los logros de los estudiantes a lo largo de su proceso educativo.
Al recibir credenciales parciales a lo largo del camino, los estudiantes obtienen los beneficios emocionales de ver los resultados tangibles de su esfuerzo de manera inmediata. Esta estrategia ayuda a incrementar los niveles de retención en las instituciones, ya que los alumnos tienen un incentivo constante para continuar sus estudios.
Integrar microcertificaciones dentro de los programas académicos es una oportunidad para que las universidades se mantengan a la vanguardia de la innovación educativa. Plataformas como MyCredSkills permiten gestionar, respaldar y emitir estas credenciales de manera eficiente, asegurando que el currículo siempre esté alineado con las demandas del mercado laboral.
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Las habilidades blandas, como la comunicación, el liderazgo y el trabajo en equipo, son esenciales para la empleabilidad de los graduados. Sin embargo, muchas veces estos aspectos no son abordados en profundidad en los programas académicos tradicionales. Las microcertificaciones en soft skills permiten a los estudiantes desarrollar y validar estas competencias, mejorando su perfil profesional.
El desarrollo de habilidades blandas a través de microcertificaciones, como las que ofrece Personabilities de Pearson Higher Education, proporciona a los estudiantes simulaciones y actividades prácticas que les ayudan a fortalecer su capacidad de resolución de problemas, creatividad e inteligencia emocional, entre otras competencias que representan una gran ventaja para que tus estudiantes se enfrenten con éxito a los desafíos laborales del siglo XXI.
Es un hecho que los empleadores valoran cada vez más estas competencias. Según un estudio de LinkedIn, un 92% indica que las soft skills son tan importantes o, en algunos casos, incluso más importantes que las habilidades técnicas en sus procesos de contratación. Por ello, ofrecer microcertificaciones en habilidades blandas es una manera efectiva de garantizar que los estudiantes adquieran las competencias necesarias para sobresalir en el mundo laboral.
El impacto positivo de las microcertificaciones en la educación superior ya ha sido demostrado en diversas instituciones a nivel mundial. En varios países, las universidades ya han comenzado a implementar microcertificaciones dentro de sus programas académicos, esto les permite mantener la relevancia curricular y mejorar la empleabilidad de sus estudiantes.
Claramente, la pandemia ha impulsado mucho la búsqueda de microcredenciales, pero desde ante, Universidades como Southern New Hampshire University (SNHU), una de las más grandes en educación en línea, las adoptaron para que sus estudiantes pudieran trabajar y continuar acumulando competencias validadas, hasta completar un título universitario, con un enfoque flexible y adaptado a las necesidades de quienes buscan formación más rápida y aplicable al mercado laboral.
Además, en 2019, la Universidad de Wisconsin-Milwaukee (UWM) lanzó TechEd Frontiers, un programa de microcredenciales diseñado para satisfacer las demandas del sector tecnológico local y mejorar las habilidades tanto de estudiantes como de empleados.
La pandemia aceleró la adopción de esta metodología en otras instituciones, y el descenso en inscripciones impulsó a muchas universidades a reevaluar sus programas educativos. De hecho, un informe del Centro para la Innovación en la Educación Superior reveló que el 69% de las universidades latinoamericanas ya han integrado o están en proceso de implementar microcredenciales.
Reconocidas universidades como el MIT, la Universidad de California, la Universidad Tecnológica de Ontario, el Tecnológico de Monterrey y la Universidad Iberoamericana, entre otras, ya han incorporado microcredenciales para facilitar la empleabilidad de sus estudiantes. ¿Tu institución se va a quedar atrás?
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Una de las grandes ventajas de las microcertificaciones es que son modulares y pueden integrarse fácilmente en cualquier programa académico existente. Esto añade un valor significativo a las asignaturas y los cursos, ya que permite obtener ventajas adicionales mientras completan su formación.
Por ejemplo, tu universidad puede incorporar microcertificaciones en habilidades de liderazgo, gestión de proyectos o comunicación efectiva en programas de administración de empresas, ingeniería o marketing, emitiendo al mismo tiempo certificaciones verificables que mejora el perfil profesional de tus egresados y te convierten en una opción más atractiva para estudiar.
Sin embargo, para asegurar la validez y el reconocimiento de tus microcertificaciones, es indispensable trabajar con un ecosistema digital de certificación globalmente aceptado. Credly by Pearson es un líder en este ámbito, proporcionando credenciales digitales que pueden compartirse fácilmente en plataformas como LinkedIn, incrementando la visibilidad y credibilidad de los estudiantes.
Credly se especializa en emitir badges digitales que validan no solo las habilidades técnicas, sino también las habilidades blandas. Esto significa que los estudiantes pueden demostrar su competencia en áreas clave para los empleadores de manera clara y accesible.
Además, contar con el respaldo de Credly by Pearson garantiza que tus microcertificaciones sean reconocidas globalmente, proporcionando a tus estudiantes una ventaja competitiva real en el mundo laboral internacional.
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Como coordinador académico, sabes que un mercado laboral en constante evolución demanda un desarrollo acelerado de habilidades blandas. Gracias a las microcertificaciones, tu institución puede ofrecer una herramienta poderosa no solo para fortalecer las soft skills de mayor demanda, también para que tus alumnos y egresados demuestren que cuentan con ellas, mejorando significativamente su empleabilidad.
Personabilities de Pearson Higher Education es una innovadora solución diseñada exactamente para esto. Con este programa, tus estudiantes tienen la oportunidad de perfeccionar competencias críticas como la comunicación efectiva, el liderazgo, la toma de decisiones y el trabajo en equipo a través de simulaciones y actividades prácticas.
Esta herramienta es ideal para integrarse en cualquier programa académico existente, y está respaldada por Credly, lo que garantiza que cada microcertificación otorgada cumpla con altos estándares de calidad y pueda compartirse en plataformas profesionales como LinkedIn. Así, tus estudiantes pueden destacar desde el primer momento y los empleadores pueden verificar fácilmente sus competencias, lo que facilita la contratación de candidatos altamente capacitados.
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