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Tecnología educativa del Futuro: 5 nuevas tendencias

Escrito por Ideas Pearson | 14-jun-2022 12:00:00

La tecnología educativa es imprescindible para tu institución. Conoce cuáles son las tendencias para la educación del futuro.

Índice de contenido

  1. ¿Qué es realmente la tecnología y cómo se aplica en educación?
  2. ¿Cómo ha evolucionado la tecnología de la educación?
  3. Beneficios de aprovechar la tecnología educativa en las universidades
  4. Nuevas tecnologías de la educación ¿Cuáles son las principales tendencias?
    4.1 Inteligencia artificial en el aula
    4.2 Laboratorios virtuales y simulaciones
    4.3 Gamificación y aprendizaje basado en juegos
    4.4 Realidad aumentada y realidad virtual
    4.5 Plataformas de aprendizaje adaptativo
  5. Pearson: tecnologías educativas innovadoras listas para tu universidad

La tecnología educativa es el campo interdisciplinario que integra pedagogía, psicología y recursos digitales para mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje. No se limita al uso de dispositivos inteligentes o plataformas LMS, sino que abarca metodologías, técnicas y herramientas que, al aplicarse con sentido pedagógico, impulsan un aprendizaje profundo, inclusivo y accesible.

La tecnología educativa articula ciencia, técnica, creatividad y estrategias pedagógicas para resolver problemas y transformar la enseñanza y el aprendizaje. El concepto ha evolucionado significativamente en las últimas décadas; desde el estudio de medios audiovisuales hasta enfoques centrados en TIC, educación en línea e incluso inteligencia artificial.

El impacto de la pandemia aceleró esta transformación. De acuerdo con datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en 2020 más de 1,500 millones de estudiantes en el mundo vieron interrumpida su formación, de los cuales alrededor de 200 millones pertenecían a la educación superior en América Latina y el Caribe. Esta situación obligó a las instituciones a migrar rápidamente hacia modelos híbridos y remotos, evidenciando tanto el potencial como las carencias en infraestructura digital de la región.

Hoy la discusión ya no es si el uso de la tecnología en la educación es necesario, sino cómo integrarla de forma equitativa, sostenible y con sentido pedagógico. El último informe GEM de la UNESCO subraya que, aunque el 90% de las políticas educativas analizadas incorporan la digitalización como prioridad, menos de la mitad establecen estrategias claras para garantizar inclusión y accesibilidad. Por eso, en este artículo los expertos de Pearson nos comparten qué entendemos realmente por tecnología educativa actualmente y algunas opciones para integrarla adecuadamente y sin sobreesfuerzo en tu universidad.

¿Qué es realmente la tecnología y cómo se aplica en educación?

El término tecnología suele asociarse de inmediato con dispositivos electrónicos o máquinas de todo tipo. No obstante, la palabra proviene del griego téchnē (arte, técnica) y lógos (conocimiento), lo que la vincula más con el conjunto de saberes, métodos y procesos que hacen posible la aplicación práctica del conocimiento científico, que con los objetos físicos que de ellos se derivan.

En este sentido, la tecnología no es un fin en sí misma, sino un medio para alcanzar objetivos humanos y sociales. La Real Academia Española la define como un “conjunto de teorías y técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico” —una definición que subraya su carácter instrumental y orientado a fines. Aplicada a la educación sucede lo mismo: la tecnología educativa primero se enfoca en métodos y enfoques pedagógicos intencionales e innovadores para optimizar la enseñanza, y solo en segundo lugar se refiere a los objetos y experiencias digitales que derivan de estos y que pueden ser inmensamente variados dependiendo del contexto y los recursos disponibles.

En la práctica, la tecnología educativa se traduce en experiencias concretas que ya forman parte de la vida universitaria: laboratorios virtuales que simulan experimentos sin riesgos, sistemas de gestión del aprendizaje (LMS) que organizan la enseñanza, plataformas de microcredenciales que certifican competencias, y simuladores que replican escenarios profesionales. 

¿Cómo ha evolucionado la tecnología de la educación?

Hablar de nuevas tecnologías en la educación es contar una historia de transformación constante. Al principio, la innovación en el aula se limitaba a proyectores, grabadoras o láminas que acompañaban la explicación del profesor. Eran apoyos valiosos, pero no cambiaban de fondo la experiencia de aprender.

Con la llegada de internet y las TIC en los años 2000, el panorama cambió radicalmente: aparecieron las aulas virtuales, las plataformas de e-learning y la posibilidad de llevar la enseñanza más allá de las paredes del campus. Esta etapa abrió un debate clave: ¿vemos la tecnología solo como un conjunto de herramientas nuevas o como una oportunidad para repensar la pedagogía?

En la última década, la conversación dio un nuevo salto. Hoy los temas más investigados en Iberoamérica son el aprendizaje móvil, la gamificación, la realidad aumentada y la inteligencia artificial aplicada a la educación. España, México, Brasil y Colombia lideran la producción científica en estas áreas, reflejando cómo la región busca ponerse a la vanguardia.

Claro que no todo está resuelto: muchos estudios siguen siendo exploratorios y falta evidencia más sólida sobre el impacto real de estas innovaciones en el aprendizaje, y aunque la mayoría de países ya prioriza la digitalización en sus políticas educativas, menos de la mitad cuenta con estrategias claras para garantizar que dicha tecnología efectivamente ofrezca los resultados esperados en términos de aprendizaje significativo, empleabilidad e inclusión.

En resumen, la evolución de la tecnología educativa puede verse como un viaje que va de los medios tradicionales → a las TIC y plataformas digitales → hasta las tecnologías emergentes que hoy conocemos. Cada etapa ha traído nuevas posibilidades, pero también retos: formar a los docentes, asegurar que nadie se quede atrás y, sobre todo, usar la tecnología para enriquecer la enseñanza y no como una moda pasajera.

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Beneficios de aprovechar la tecnología educativa en las universidades

La tecnología educativa es imprescindible para que tu universidad responda adecuadamente a los retos actuales de la educación superior. Y eso incluye temas relacionados con la matriculación, la retención, la calidad educativa, la empleabilidad y la rentabilidad. Al integrarla de manera planificada y con un propósito pedagógico, obtienes beneficios concretos como:

Aprendizaje más personalizado: Las plataformas adaptativas y la inteligencia artificial permiten que cada estudiante avance a su propio ritmo, reciba retroalimentación inmediata y enfoque sus esfuerzos en las áreas donde necesita más apoyo. Esto mejora la retención y el rendimiento académico.

Mayor inclusión y equidad: Recursos como bibliotecas digitales y laboratorios virtuales hacen posible que estudiantes de diferentes contextos tengan acceso a los mismos contenidos y experiencias de aprendizaje, sin depender de la infraestructura física de la institución, lo cual es clave para reducir la brecha digital.

Optimización del trabajo docente: La automatización de evaluaciones, el uso de LMS y las herramientas de analítica de datos liberan tiempo para que los profesores se concentren en lo esencial: acompañar a sus alumnos y diseñar experiencias de aprendizaje significativas.

Preparación para el mundo laboral: La tecnología educativa no solo enseña contenidos, también ayuda a desarrollar competencias digitales, de colaboración y resolución de problemas, altamente valoradas en el mercado laboral. Por su parte, las simulaciones y entornos inmersivos ofrecen a los estudiantes prácticas cercanas a la realidad profesional.

Innovación y diferenciación institucional: Adoptar recursos como gamificación, realidad aumentada o aprendizaje híbrido posiciona a las universidades como referentes en innovación. Esto mejora su competitividad, atrae a nuevos estudiantes y fortalece la experiencia de los que ya forman parte de la institución.

Lo importante es recordar que los beneficios no dependen de la tecnología en sí, sino de cómo se integra con el modelo pedagógico y la visión institucional. 

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Nuevas tecnologías de la educación ¿Cuáles son las principales tendencias?

Algunas de las tecnologías aplicadas en educación que, desde hace una década, pueden considerarse comunes en muchos contextos académicos incluyen: 

  • Herramientas de evaluación online
  • Sistemas de gestión del aprendizaje (LMS)
  • Herramientas multimedia e interactivas
  • Aplicaciones educativas y aprendizaje móvil
  • Trivias y quizzes online
  • Análisis de datos y análisis del aprendizaje
  • Cursos en línea y aulas virtuales
  • Plataformas de colaboración y comunicación
  • Tecnologías aumentativas y asistenciales

Sin embargo, las tendencias siguen evolucionando, moldeadas por las tecnologías emergentes, y si queremos hablar de verdadera innovación en educación, entonces debemos comenzar a priorizar herramienta como: 

1.- Inteligencia artificial 

Hablar de tecnología de la educación sin hablar de inteligencia artificial es ya prácticamente imposible. Ya no hablamos solo de “chatbots” o sistemas de preguntas y respuestas: hoy existen plataformas que analizan el desempeño de cada estudiante y adaptan los contenidos a su nivel de avance. También permiten generar evaluaciones automáticas y dar retroalimentación inmediata, reduciendo la carga docente y mejorando la precisión en el seguimiento académico.

De acuerdo con la UNESCO, IA en educación puede ayudar a reducir la desigualdad si se usa con criterios éticos, por ejemplo, apoyando a estudiantes con necesidades educativas especiales. Sin embargo, su implementación debe ir acompañada de formación docente y de políticas claras de protección de datos. Siempre que haya un diseño pedagógico sólido detrás, la IA puede potenciar enormemente la labor del docente.

2.- Laboratorios virtuales y simulaciones

Entre las nuevas tecnologías en la educación, los laboratorios virtuales han demostrado ser una alternativa eficaz y mucho más accesible que los laboratorios físicos. Permiten experimentar sin riesgo de accidentes, repetir procesos hasta dominar conceptos y hacerlo desde cualquier dispositivo con conexión a internet. Más allá de las ciencias “puras”, como la física, la química o las matemáticas, las simulaciones también se aplican en disciplinas como medicina, ingeniería o incluso en carreras de negocios, donde los estudiantes practican con escenarios de toma de decisiones en tiempo real.

Este tipo de recursos fomenta el pensamiento crítico y ayuda a los alumnos a aplicar el método científico o las lógicas de resolución de problemas en contextos prácticos. Además, son una herramienta idónea y rentable para ampliar la cobertura de la educación superior en regiones donde la infraestructura física es limitada.

3.- Gamificación y aprendizaje basado en juegos

La gamificación aprovecha dinámicas propias de los juegos (como retos, insignias, tableros de puntuación o niveles) para aumentar la motivación, la participación activa y el compromiso de los estudiantes. Ejemplos concretos incluyen desde el uso de apps educativas que convierten el aprendizaje de un idioma en una competencia amistosa, hasta entornos virtuales donde los estudiantes resuelven problemas en equipo para desbloquear nuevas misiones. En la gamificación entendida como una de las muchas tecnologías educativas, lo esencial es integrar el juego dentro de la didáctica con una lógica pedagógica, para que realmente potencie el aprendizaje significativo.

4.- Realidad aumentada y realidad virtual

Con realidad aumentada (RA), los estudiantes pueden visualizar información adicional sobre objetos o fenómenos a través de un dispositivo móvil. Con realidad virtual (RV), pueden “entrar” en escenarios simulados: recorrer una ciudad histórica, manipular estructuras moleculares en 3D o explorar el diseño arquitectónico de un edificio. Estas experiencias despiertan interés y permiten aprender haciendo, una estrategia que se ha demostrado más eficaz que la simple memorización. Además, potencian habilidades transversales como la colaboración (cuando se trabajan en entornos virtuales multiusuario) y la empatía, al ponerse en contextos o realidades diferentes. Aunque su implementación todavía es costosa en algunos países de Latinoamérica, su proyección es muy prometedora.

5.- Plataformas de aprendizaje adaptativo

Cada estudiante es único: algunos necesitan más tiempo con un tema, otros aprenden más rápido si se les reta con ejercicios complejos. Las plataformas adaptativas utilizan algoritmos para ajustar el contenido a estas diferencias individuales. De esta manera, ofrecen rutas de aprendizaje personalizadas, ayudan a detectar a tiempo a los estudiantes en riesgo de rezago y mejoran la retención de conocimientos.

Estas plataformas representan uno de los campos de mayor potencial en investigación educativa, porque combinan analítica de datos con la posibilidad de personalizar la enseñanza a gran escala. En universidades con grupos muy numerosos, son un recurso escalable para atender la diversidad sin aumentar la carga del profesorado.

En conjunto, estas cinco tendencias muestran que la tecnología educativa es un ecosistema de innovaciones que, bien integradas, pueden hacer que la enseñanza sea más personalizada, inclusiva y conectada con la vida real.

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Pearson: tecnologías educativas innovadoras listas para tu universidad

Todas estas tendencias —inteligencia artificial, laboratorios virtuales, simulaciones, gamificación, realidad aumentada y aprendizaje adaptativo— plantean una pregunta clave: ¿cómo integrar las tecnologías educativas más innovadoras de manera efectiva en tus planes académicos?

En Pearson llevamos más de 175 años impulsando la innovación educativa y acompañando a instituciones de todo el mundo en su transformación digital. Nuestro ecosistema de soluciones de enseñanza integradas e impulsadas por IA responde directamente a los desafíos actuales de la educación superior:

  • Biblioteca Virtual Pearson: acceso 24/7 a libros, audiolibros y videos especializados, con licencias flexibles y gestión de usuarios para garantizar la equidad en el acceso a los recursos.
  • Virtual Labs: simulaciones de laboratorio en química, física y biología que permiten aprender haciendo, sin riesgos ni limitaciones de espacio o presupuesto.
  • MyLab y Mastering: plataformas de aprendizaje adaptativo con analítica integrada que personalizan el recorrido de cada estudiante y ayudan a los docentes a optimizar su tiempo de enseñanza.
  • MyCredSkills: un sistema de microcredenciales que valida competencias específicas y fortalece la empleabilidad de los egresados.
  • Personabilities: la solución que desarrolla habilidades blandas, como comunicación y liderazgo, certificadas a través de Credly, el organismo acreditador más reconocido a nivel mundial.

Todas nuestras soluciones se alinean con las principales tendencias globales y ofrecen a instituciones latinoamericanas como la tuya un camino eficiente, seguro y fácil de implementar hacia la educación del futuro y el aumento de la empleabilidad de tus egresados. 

Descubre cómo puedes llevar la tecnología educativa de tu institución al siguiente nivel, con el respaldo inigualable de Pearson. Solicita hoy tu demo.

 

Referencias

Cañizález, P. T., & Cobo Beltrán, J. K. (2017). Tecnología educativa y su papel en el logro de los fines de la educación. Educere, 21(68), 31-40. https://www.redalyc.org/pdf/356/35652744004.pdf

Pérez Pinzón, L. R. (2022). Tecnología educativa en América Latina: Revisión de definiciones y artefactos. Edutec. Revista Electrónica de Tecnología Educativa, (81), 122-136. https://doi.org/10.21556/edutec.2022.81.2539

UNESCO. (2023). Tecnología en la educación: Una herramienta sobre el futuro. Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000386147_spa/PDF/386147spa.pdf.multi

Sánchez-Vera, M. M. (2022). Investigar en tecnología educativa: un viaje desde los medios hasta las TIC. Revista Interamericana de Investigación, Educación y Pedagogía (RIIEP), 15(1), 17-35. https://doi.org/10.15332/2422409x.6325