5 técnicas de estudio para mejorar los resultados de los estudiantes

  • Fecha de publicación: 13 de septiembre de 2022
Estudiante con audífonos usando su laptop en el salón de clases
Educacion del futuro
Tiempo de lectura: 9 min.

Prepararse para un examen requiere un plan efectivo. Conoce 5 técnicas de estudio elaboradas a partir de una visión estratégica para el alumno estudie y tenga buenos resultados en cualquier examen en línea.


Índice de Contenido

  1. ¿Por qué la mayoría de las técnicas de estudio no funcionan?
  2. Técnicas de estudio con visión estratégica: la combinación perfecta
  3. 5 técnicas infalibles para que tus estudiantes aprueben cualquier examen
    3.1. Crear un gimnasio mental
    3.2. Preparar una clase usando material del examen
    3.3. Estudiar por bloques y en pausas
    3.4. Lleva un registro de progresos
    3.5. Elaborar un esquema con los resultados obtenidos

La clave para aprobar con éxito cualquier examen en línea radica en la estrategia de búsqueda, organización y gestión de la información. Por lo tanto, es importante presentar métodos y técnicas de estudio efectivos para que los estudiantes puedan obtener excelentes resultados.

Prepararse con anticipación para un examen es esencial para asegurarse de obtener las mejores calificaciones. Recomiende a sus alumnos las cinco técnicas de estudio más utilizadas por las principales universidades de prestigio.

¿Por qué la mayoría de las técnicas de estudio no funcionan?

Muchos estudiantes se sienten frustrados porque, a pesar de haberse preparado intensamente, los resultados de sus exámenes no mejoran. Si le preguntáramos a uno de ellos qué métodos de estudio usa para enfrentar la prueba, lo más probable es que responda lo siguiente:

  • “Repasé los apuntes que tomé en clases”
  • “Hice varios resúmenes de material que me dieron los maestros” 
  • “Usé organizadores gráficos como cuadros sinópticos y mapas mentales”
  • “Busqué información en Internet relacionada con el examen”

Aunque estas actividades son muy efectivas para aprender, la realidad es que ninguna de ellas constituye una verdadera técnica de estudio que nos pueda asegurar una buena calificación en un examen.

La razón es muy simple: una técnica de estudio no está completa si no viene acompañada de una estrategia, es decir, de un plan estructurado para medir progresos y alcanzar objetivos a corto y mediano plazo.

Podemos aplicar todas las técnicas de estudio que queramos (repasar apuntes, hacer resúmenes y organizadores gráficos), pero sin un plan estratégico, es como tener un auto y comenzar a manejar por la ciudad sin un mapa, o peor aún, sin saber hacia dónde nos dirigimos. 

Ahora lo tenemos más claro: las técnicas y métodos de estudio, por sí solos no ofrecen buenos resultados, requieren de una estrategia que, de forma coordinada, puedan funcionar en conjunto como un recurso pedagógico de alto impacto.

Técnicas de estudio con visión estratégica: la combinación perfecta

Antes de entrar de lleno en el tema, debemos tener claro los conceptos de técnicas y estrategia: 

La técnica se define como un conjunto de procedimientos que requieren ciertas habilidades o destrezas para realizar cualquier actividad, y que van mejorando con la práctica y la experiencia.

Una estrategia también es un conjunto de procedimientos o acciones llamadas comúnmente tácticas, pero que están diseñados para lograr un objetivo específico, es decir, alcanzar una meta.

En resumen: para que los métodos de estudio tengan realmente un impacto cognitivo en la  preparación para un examen, es indispensable que estén ordenados.

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5 técnicas infalibles para que tus estudiantes aprueben cualquier examen

Alumnos estudiando para su examen en el salón de clases

Hay una gran diferencia entre repasar apuntes y realmente prepararse con técnicas de estudio efectivas para aprobar un examen. En el primer caso, solo estamos reforzando conocimientos previos. En el segundo, estamos aplicando procedimientos enfocados a ejercitar a nuestro cerebro para un fin específico.

También resulta oportuno señalar que no todos los estudiantes aprenden de la misma manera, y que cada uno tendrá que experimentar con diferentes métodos de estudio hasta encontrar aquellas técnicas que mejor se adapten a su estilo de aprendizaje.

Al igual que muchos docentes, los alumnos también están cansados de navegar por Internet buscando información sobre técnicas de estudio y encontrar siempre las mismas respuestas: subrayar lo más importante, hacer resúmenes y listas, leer en voz alta, hacer simulacros de exámenes… ¡Como si los estudiantes universitarios no supieran hacer eso desde la educación primaria!

Es por eso que en esta ocasión no vamos a proponer las mismas ideas de siempre, sino técnicas de estudio con visión estratégica, diseñadas para que los estudiantes sean capaces de planear sus propios objetivos de preparación para un examen de universidad.

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1. Crear un gimnasio mental

Pensemos en un atleta que se prepara para una carrera muy importante, pero comienza a entrenar al mediodía mientras contesta mensajes en su teléfono, también escucha música e incluso revisa sus redes sociales, ¿qué resultados podemos esperar de él en la carrera?

Lo mismo ocurre con los alumnos que estudian para un examen cuando lo hacemos en medio del desorden y las distracciones diarias. Así que no importa que usen las mejores técnicas del mundo para estudiar, sin el espacio adecuado para ejercitar la mente, es seguro que no darán resultado.

Es por eso que la primera técnica (quizá la más importante) consiste en preparar un espacio diseñado específicamente para estudiar, y debe contener las siguientes características:

  • Debe ser un lugar fijo, bien iluminado, y ajeno al ruido exterior
  • Tiene que usarse a la misma hora todos los días
  • Estudiar en un escritorio, con un asiento cómodo, nunca recostado
  • Importantísimo: el espacio debe estar alejado de ruidos y distracciones

Es fundamental que este gimnasio mental esté libre de estímulos externos que los distraigan y les hagan perder de vista el objetivo central: prepararse para un examen

2. Preparar una clase usando material del examen

Se le atribuye a Paulo Freyre la teoría de que la mejor manera de aprender es enseñando, y qué mejor forma de hacerlo que preparando clases. Esta técnica es muy eficaz por su dinámica colaborativa, ya que le permite a los alumnos estudiar con otros compañeros que tienen el mismo objetivo: aprobar un examen.

Este principio se basa en una teoría elaborada por el psiquiatra William Glasser, quien a través de una pirámide demostró que el 95 % de lo que aprendemos se debe a lo que enseñamos a los demás. Esto se debe a que durante el proceso de preparar una clase para otros, el alumno se ve comprometido a reforzar lo que va a enseñar a partir de 7 recursos:

  • Explicar
  • Resumir
  • Estructurar
  • Definir
  • Clasificar 
  • Ilustrar
  • Probar

Todos sabemos que la presión por aprobar un examen suele generar mucho estrés, lo que impide al alumno concentrarse apropiadamente. En cambio, al cambiar el enfoque por algo menos estresante (como preparar una clase para sus compañeros), el alumno pierde presión, y continúa aprendiendo (incluso más que antes) pero sin la presión inicial.   

3. Estudiar por bloques y en pausas

Regresemos al ejemplo del atleta: si ahora lo sometemos a entrenamientos de varias horas, con ejercicios exhaustivos y sin descanso, en lugar de mejorar su condición física terminará agotado y con lesiones por hacer tanto esfuerzo.

Es por eso que dividir los contenidos de un examen por bloques, estudiando poco a poco, añadiendo pausas, es una de las técnicas de estudio fundamentales, ya que las pausas le permiten al cerebro descansar y prepararse para recibir más información.

Un ejemplo exitoso de esta técnica es la del filósofo Byung-Chul Han: afirma que pudo estudiar toda la obra de Hegel (uno de los pensadores más complejos de la historia) leyendo apenas un par de páginas todos los días, luego salía a caminar y reflexionaba sobre lo que había leído.

Cuando los alumnos no planean ni dosifican sus horas de estudio, lo único que hacen es repasar y memorizar sus apuntes, algo que, en la mayoría de los casos, no ofrece muy buenos resultados, y esto se debe a 2 razones:

  1. Cuando el alumno se concentra en querer “aprenderlo” todo, en realidad solo está reteniendo información apresurada que olvidará de inmediato, porque no está ejercitando el aprendizaje a largo plazo.
  2. Estudiar durante horas y horas sin dividir los temas por bloques, solo provocará que el alumno pierda de vista qué está aprendiendo y el agotamiento mental gradualmente acabará por desmotivarlo.

4. Lleva un registro de progresos

Alumno llevando apuntes y registro de su progreso de aprendizaje

La consecuencia de estudiar sin ninguna técnica o método de estudio, es que el alumno nunca tenga claro dónde empieza y dónde termina el proceso de preparación para sus exámenes en la Universidad. 

Una de las técnicas más poderosas para mantener un hábito y seguir adelante consiste, precisamente, en tachar en el calendario los días que hemos trabajado por conseguir nuestra meta, así como registrar los avances (o retrocesos) durante el proceso.

Según Charles Duhigg, autor de El poder de los Hábitos, cuando registramos nuestros progresos y resultados en cualquier actividad, estamos liberando a nuestro cerebro de la incertidumbre y clarificando las metas por las que estamos luchando.

Por lo tanto, ayude a los estudiantes a crear un programa de estudio con análisis del progreso del aprendizaje.

5. Elaborar un esquema con los resultados obtenidos 

Pocas cosas son tan placenteras como ver los resultados obtenidos a través del esfuerzo por conseguir algo, en este caso, aprobar un examen con excelentes resultados. Esta última técnica consiste en hacer un esquema que le permita al alumno saber con precisión cuánto avanzó en su meta.  

En pedagogía se sabe que todo proceso de aprendizaje tiene que ser medible, observable y cuantificable. Esto quiere decir que el alumno debe saber dónde comenzó a estudiar para su examen, tiene que poder ver los resultados y, no menos importante, saber cuánto ha aprendido finalmente.

Un ejemplo clásico de un registro de resultados sería este:

  • Objetivo: aprobar el examen de certificación de inglés.
  • Meta semanal: estudiar durante 1 hora todos los días los 5 verbos irregulares más frecuentes.
  • Técnica de estudio: preparar una clase de 15 minutos sobre el tema y grabarla en video para analizar los aciertos y errores.
  • Progresos: se conjugaron los 5 verbos irregulares en tiempo presente y pasado simple.
  • Resultados: de los  5 verbos irregulares, ya es posible conjugar 3 de ellos en presente y pasado simple, aunque aún falta aprender a hacerlo en otros tiempos verbales más complejos.

Estas técnicas de estudio están diseñadas para que los alumnos sean capaces de autoevaluar sus propios progresos ante un examen de manera progresiva y sistemática, haciendo que el resultado final le ayude al alumno a adquirir mayor seguridad en sus conocimientos y en sí mismo.

¿Qué te ha parecido esta información? ¿Conoces otras técnicas de estudio que quisieras compartir? Nos gustaría conocer tu experiencia, déjanos tus comentarios aquí abajo.

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Referencias

Enríquez Villota, M. F., Fajardo Escobar, M., & Garzón Velásquez, F. (2015). Una revisión general a los hábitos y técnicas de estudio en el ámbito universitario. Psicogente, 18(33), 166-187.

Luetich, A. (2002). Técnicas de estudio. Academia deficiencias luventicos. Argentina: Recuperado de http://www. luventicus. org/articulos/02A001/index. html.

Pérez, M. C. (2009). Técnicas de estudio. Alpha Editorial.

Sequeira, G. F. (2007). Las más eficaces técnicas de estudio. Imaginador.

 

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