Tecnología en la educación: el reto de mantener la atención del alumno

  • Fecha de publicación: 24 de junio de 2022
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Dirigidos a Maestros
Tiempo de lectura: 8 min.

Encontrar el equilibrio en el uso de la tecnología en la educación es uno de los retos más importantes que enfrentan actualmente miles de instituciones. Las TIC son un gran aliado para la enseñanza, pero su empleo indiscriminado puede ser una amenaza para el desarrollo cognitivo y socioemocional de los alumnos.


¿Cómo aprovechar las nuevas tecnologías en la educación sin alimentar inercias nocivas para los procesos de aprendizaje como la disminución del periodo de atención, la pérdida de motivación y el “multitasking”?

Como docentes de una generación nativa digital, a veces podría parecer que los estudiantes ya pasan demasiado tiempo frente a una pantalla como para que también lo hagan durante las clases. La disponibilidad de gadgets y contenidos desechables se ha interpretado como un peligro para la formación y lo que menos queremos es llegar a depender de ellos para realizar tu labor.

Sin embargo, el uso de la tecnología en la educación es una realidad que llegó para quedarse y tu papel como guía no es resistirte a su adopción, sino desplegar estrategias que les permitan a los alumnos aprender a poner la tecnología al servicio de su desarrollo, en lugar de poner su atención al servicio de la tecnología. 

Hoy revisaremos cómo la disminución de la atención y la motivación son consecuencia del uso continuado de la tecnología entre los jóvenes, pero sobre todo cómo podemos combatir esta problemática sin dejar de lado las herramientas tecnológicas, más bien comenzando a usarlas correctamente en un entorno académico.

¿Cuáles son los beneficios de la tecnología en la educación?

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Hoy en día, es frecuente escuchar de los defensores de la enseñanza tradicional que la tecnología y el Internet son responsables de una acelerada pérdida de habilidades cognitivas e interés en la educación en las nuevas generaciones. 

Una queja muy común, por ejemplo, es que los alumnos ya no saben investigar ni utilizar una biblioteca porque toda la información que necesitan pareciera estar al alcance de un clic. Otra, que los periodos de atención en el aula son cada vez más cortos porque están sometidos a ráfagas constantes de distractores.

Si bien está más que demostrado que pasar la vida pegados al teléfono, a los videojuegos o a las redes sociales tiene efectos desastrosos para el cuerpo y para la mente, la realidad es que ese no es el único rostro de la tecnología en lo relativo a la educación. 

Gracias a las nuevas tecnologías en la educación también podemos:

  • Enseñar y aprender desde cualquier lugar con buena conectividad.
  • Acceder a información valiosa y de calidad sobre cualquier tema que nos interese.
  • Usar contenido multimedia mucho más adaptado a los distintos estilos de aprendizaje.
  • Conectarnos con tutores, docentes y estudiantes en todo el mundo para intercambiar ideas.
  • Desarrollar habilidades digitales con alta demanda en el mercado laboral actual.
  • Gestionar la educación a un ritmo mucho más personalizado.
  • Acceder a recursos educativos digitales y remotos que de manera física y presencial serían extremadamente costosos. 

Sin duda, la tecnología en sí misma no es enemiga de la educación, todo lo contrario. Lo que sí es una amenaza es el uso irresponsable que hacen de la tecnología, no los jóvenes, sino las empresas que generan algoritmos y contenido que no aporta valor para acaparar toda su atención y su energía, sin orientarla a fines constructivos o edificantes.

¿Es verdad que la tecnología causa periodos de atención más cortos?

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En 2015, un informe de Microsoft causó polémica mediática al afirmar que el periodo de atención de las personas había disminuido de 12 a 8 segundos en tan solo un lustro. ¡Menos que el intervalo de atención de un pez dorado! Sin embargo, este “dato” es una sobre simplificación de un fenómeno mucho más complejo que sí, tiene todo que ver con la era de la información, pero también con nuestra estructura cognitiva.

La inmediatez con la que se presentan muchos contenidos hace que el cerebro se vuelva impaciente. Por ejemplo, hoy nos parece inconcebible que un sitio web tarde más de tres segundos en cargar. Por otro lado, el problema no solo es la rapidez, sino la sucesión vertiginosa de estímulos cambiantes que acostumbran a los circuitos neuronales a activarse de forma intermitente para realizar diferentes tareas.

El multitasking mental obstaculiza la fijación y retención del conocimiento y el desarrollo de nuevas conexiones pero, por otro lado, también está comprobado que en situaciones óptimas la atención del ser humano comienza a disminuir de manera natural a los ocho minutos de realizar una misma tarea, y a los veinte la capacidad de concentrarnos comienza a caer en picada; por esto conviene variar estímulos y actividades con frecuencia. 

¿No es esto una contradicción? No. Sencillamente, es el resultado de décadas de investigación en neurociencias que nos conminan a evitar hiperestímulos demasiado breves en sucesión infinita. Pueden resultar adictivos sin llevarnos a ningún sitio, pero también nos indican que el cerebro necesita cambiar de enfoque cada cierto tiempo para que la motivación se mantenga.

El reto de la atención es mucho más complejo de lo que parece porque, gracias a lo que sabemos actualmente, una clase de dos horas sin descanso y realizando el mismo tipo de ejercicios o escuchando la misma clase de información, resulta igual de perniciosa para el aprendizaje que un celular distrayendo al alumno todo el tiempo con sus notificaciones.

3 técnicas para aprovechar la tecnología en las aulas sin perder la atención de los alumnos

¿Qué podemos hacer para seguir sacando el máximo provecho de la tecnología, mantener a los estudiantes motivados y no acortar ni prolongar artificialmente los periodos naturales de la atención? Ahora vamos a descubrirlo con 3 técnicas infalibles.

  1. Utilizar formatos de microaprendizaje

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    Uno de los grandes consensos actuales de las neurociencias y la pedagogía es la pertinencia de dividir la información de un tema en cápsulas granulares de aprendizaje que tengan sentido por sí mismas.  


    El microaprendizaje no se trata de adaptar el conocimiento a periodos de atención cada vez más breves, sino de enlazar módulos en cadenas de complejidad creciente, de tal manera que los alumnos puedan crear una sinergia de motivación adaptada a su propio ritmo de aprendizaje. 


    Una de las aplicaciones más famosas que demuestra la eficacia de los principios del microaprendizaje en la motivación sostenida es Tik Tok. Los videos en esta red social son extremadamente breves y los creadores están obligados a generar contenidos muy compactos, pero altamente cargados de significado.


    El problema de esta clase de contenido es que al cambiar de un video a otro, cambiamos drásticamente de tema o tipo de estímulo cientos de veces (multitasking mental en ráfagas) y la retención se hace prácticamente imposible.


    Los contenidos granulares del microaprendizaje también buscan ser cortos y cargados de recursos audiovisuales, pero la inmensa diferencia es que se engarzan con módulos de información directamente relacionada, generando continuidad y dando lugar al aprendizaje constructivo. 


    La enseñanza que nos deja Tik Tok es que los contenidos digitales cortos son muy efectivos para mantener la motivación en la tarea. La lección que nos da el microaprendizaje es que dichos contenidos tienen que formar parte de una ruta de aprendizaje amplia, con una intención pedagógica bien establecida.
  2. Apostar por el aprendizaje basado en proyectos (socialmente significativos)

    ninos-en-plataforma-educacion-stemPara impartir la teoría, el microaprendizaje es un gran aliado, pero ¿qué pasa cuando quieres que tus alumnos aprendan a aplicar el conocimiento a problemas relevantes de la vida real?


    Cuando la dinámica en las aulas se limita a encontrar y aprender información para responder exámenes, estamos pidiéndoles a los alumnos que memoricen datos que no entienden para qué necesitan y que, además, están disponibles en todo momento, lo cual a todas luces parece poco práctico. 


    Obviamente, esta falta de sentido hace que su atención se disipe rápidamente. Sin embargo, cuando les damos un proyecto u objetivo con el que pueden conectar a nivel personal, la búsqueda de información y su análisis se convierten en un medio para lograr una tarea mucho más motivadora.

     


    Es aquí cuando la amplia disponibilidad de recursos en internet se convierte en un aliado para la investigación, pues adquiere una utilidad práctica para un fin constructivo. 


    Hoy en día, gracias a la información en línea, podemos ponerles retos bastante complejos a los alumnos de educación intermedia. Por ejemplo, encontrar una manera eficiente y asequible de hacer un huerto hidropónico para combatir la escasez de recursos alimenticios en una comunidad de bajos recursos. 


    Gracias al internet, los estudiantes también pueden conocer y empatizar profundamente con las condiciones de vida de los niños que viven en esa comunidad. La tecnología en la educación, bien utilizada, puede construir los puentes de responsabilidad social que necesitan las nuevas generaciones para crear un mejor mañana.

  3. Generar espacios 100% libres de tecnología

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    Finalmente, es importante que los estudiantes entiendan que la tecnología es una gran herramienta, pero no es la única; no podemos depender al 100% de ella ni para el estudio, ni para el desarrollo personal. Los planes educativos también deben incluir espacios completamente ajenos a los dispositivos móviles, especialmente en lo relacionado con la actividad física, la socialización frente a frente y la práctica de las bellas artes. 


    Desde pequeños, los niños necesitan la seguridad de que no se acaban las posibilidades de aprender cosas nuevas y apasionantes cuando no hay una tablet o una computadora a la mano. Además, que los momentos de reflexión e introspección también son valiosos y que, así como ejercitamos nuestra mente, necesitamos mantenernos activos, fuertes y en contacto con el mundo físico que nos rodea.

En Pearson somos grandes entusiastas de la tecnología en la educación. Por eso, desarrollamos una de las mejoressoluciones digitales de enseñanzade alto nivel, especialmente creada para las necesidades de tus alumnos de secundaria y bachillerato, así como para los retos de tu institución educativa.

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Referencias

Roberto Carneiro Juan Carlos Toscano Tamara Díaz (2021) Los desafíos de las TIC para el cambio educativo. Fundación Santillana. Extraído de: https://www.oei.es/uploads/files/microsites/28/140/lastic2.pdf

Buxarrais Estrada, María Rosa, & Ovide, Evaristo. (2011). El impacto de las nuevas tecnologías en la educación en valores del siglo XXI. Sinéctica, (37), 1-14. Recuperado de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-109X2011000200002&lng=es&tlng=es.

 

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