La inteligencia interpersonal y su impacto en el futuro de los niños
- Fecha de publicación: 11 de abril de 2022

La inteligencia interpersonal enseña a los niños a empatizar con la conducta y las emociones de los demás. También les permite comunicarse con efectividad y desarrollar habilidades enfocadas al liderazgo.
La inteligencia interpersonal en los niños es tan necesaria como aprender a hablar o escribir. Sus alcances pueden tener grandes repercusiones en todos los aspectos de su formación, ya que gran parte de su éxito social dependerá de cómo interactúen con su entorno.
Te invitamos a conocer lo más relevante de la habilidad interpersonal: características, ejemplos y dinámicas que te serán de gran utilidad para trabajar con los niños esta y otras habilidades socioemocionales.
8 Claves para detectar la inteligencia interpersonal en los niños
Comencemos por el concepto de inteligencia: en su libro Estructuras de la Mente, Howard Gardner la define como «la habilidad necesaria para resolver un problema o para elaborar productos que son importantes en un contexto cultural».
Para Gardner, la inteligencia no se mide desde un solo parámetro, sino que responde a diversas destrezas que los niños desarrollan con el tiempo y, según sus intereses, motivaciones o capacidades, se volverán más destacados en unas que en otras. Y ¿cuáles son estas inteligencias? El autor las divide en 8 categorías:
- Lingüística:
- Lógico–matemática
- Musical
- Espacial
- Cinestética–motriz o corporal
- Interpersonal
- Intrapersonal
- Naturalista
Para entender qué son las habilidades interpersonales y poder detectarlas en la infancia, empecemos por señalar que su rasgo esencial es la empatía y que todos los niños nacen con una predisposición a ser empáticos: en internet abundan los videos de bebés que muestran gratitud, solidaridad, altruismo o amor hacia el prójimo y es evidente que por su corta edad no han sido “educados” para actuar así.
Desde la perspectiva de Gardner, esta conducta es un rasgo natural de la inteligencia interpersonal en los niños. Ahora bien, ¿cómo saber si un niño está desarrollando con éxito la interpersonalidad? La clave está en observar si en su relación con los demás presenta las siguientes conductas:
- Empatía: presenta capacidades para comprender a los demás a partir de identificarse con sus emociones, deseos e intereses.
- Corresponsabilidad: además de mostrar responsabilidad por sus acciones, también es capaz de asumir un rol de responsabilidad compartida.
- Sociabilidad: disfruta de la interacción con otras personas, incluso de diferentes edades; actúa con sentido del humor. Es proactivo en actividades grupales.
- Asertividad: se comunica de tal manera que los demás puedan comprenderlo, pero también hace un esfuerzo por entender a los demás.
- Carisma: ejerce una influencia natural en los demás como producto de su predisposición a ser agradable, lo que motiva a las personas a seguirlo y confiar en él.
- Curiosidad social: se interesa por cosas, personas o situaciones que están fuera de su entorno familiar. No tiene miedo a indagar sobre las cosas que desconoce.
- Flexibilidad cognitiva: es propenso a escuchar a los demás y cambiar de opinión cuando sus argumentos le parecen convincentes.
- Adaptabilidad enfocada a la sinergia: si se encuentra en una situación colectiva en donde requiere cambiar su rol o conducta, estará dispuesto a hacerlo si eso supone un beneficio mayor para el grupo.
Si analizamos con cuidado estas claves de la destreza interpersonal, descubriremos un detalle interesante. ¿Adivinaste cuál es? Exacto: son los mismos rasgos que posee una persona con competencias para el liderazgo.
Sin embargo, también está comprobado que cualquier inteligencia que no se ejercita tiende a atrofiarse. De hecho, es muy frecuente que en la vida adulta disminuya esta habilidad.
Cómo se benefician los niños con la inteligencia interpersonal
El beneficio más evidente es el desarrollo de habilidades como el liderazgo social. Los niños con esta inteligencia son muy sociables, tienen gran capacidad para detectar las emociones a partir de detalles imperceptibles, como el lenguaje corporal o el tono de voz. Sin embargo, existen otros beneficios que vale la pena señalar:
- Mejora su receptividad social: sabemos que estamos frente a un niño con una alta inteligencia interpersonal cuando notamos que es muy observador y predispuesto, ya sea para escuchar o comprender a los demás sin hacer mucho esfuerzo.
- Es resiliente: su capacidad de sobreponerse ante un problema se fortalece cuando la inteligencia interpersonal le permite ver los problemas desde diversas perspectivas.
- Adquiere experiencia como mediador de conflictos: esta habilidad le permite no solo entender un problema, sino que además es capaz de mirar todo el panorama de la situación objetivamente, lo que le da una ventaja sobre las demás personas enfocadas solo en sus intereses.
- Aprende a tomar mejores decisiones: la flexibilidad cognitiva le ayuda a reconocer cuando su conducta no es la adecuada y así poder cambiar de opinión en beneficio propio o de los demás.
2 Ejemplos de inteligencia interpersonal en los niños
Entre los 2 y los 6 años, los niños experimentan por un proceso crítico en su desarrollo: en este periodo definirán gran parte de sus rasgos de personalidad y, dependiendo de los estímulos que reciban, podrán fortalecer competencias tan necesarias como las señaladas anteriormente.
Para entender mejor los beneficios que reporta esta habilidad interpersonal en los niños, veamos dos ejemplos de la vida cotidiana:
Trabajando en equipo
En la escuela preparan una obra de teatro basada en la película “Frozen”, de Disney. Mediante una votación secreta se destinan los papeles y, aunque la mayoría está conforme, una de las niñas insiste en que ella haría mucho mejor el papel principal porque adora esa película y sabe los diálogos de memoria.
La niña que obtuvo el papel principal en realidad no es una gran admiradora de Frozen, pero le entusiasma la idea de hacer una obra de teatro, así que toma la decisión de cederle el papel principal a su compañera y acepta un rol menos protagónico.
Solemos pensar que un líder suele estar siempre a la cabeza tomando decisiones y asumiendo el rol principal en un equipo, pero no es así. En esta situación, la niña que cede el papel principal está ejerciendo un liderazgo consciente y, al mismo tiempo, desarrolla la sinergia al dejar a un lado su beneficio personal para beneficio de todo el grupo.
El valor de la corresponsabilidad
Dos hermanos juegan futbol en el patio y, en un descuido, uno de ellos patea tan fuerte la pelota que esta se estrella contra una maceta. Cuando los padres preguntan quién ha sido el culpable, el otro hermano señala que los dos estaban jugando y de forma accidental “rompieron” dicha maceta.
Este es un ejemplo de responsabilidad compartida: cuando los niños aprenden el valor de asumir su participación en un hecho, ya sea positivo o negativo, están reforzando además su capacidad de empatía ante un evento que afecta a otra persona.
¿Cómo fomentar la habilidad interpersonal en los niños? Te damos 2 actividades
De la misma manera que cuando realizamos un deporte y estamos fortaleciendo competencias físicas, la habilidad interpersonal requiere de escenarios donde pueda ejercitarse y crecer.
Tanto en el hogar como en la escuela, los niños tienen muchas oportunidades durante el día para efectuar actividades que les ayuden a poner en práctica y desarrollar la inteligencia interpersonal. Estas son algunas de las más efectivas.
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Actividades grupales con enfoque socioemocional
No es lo mismo participar en una actividad grupal que tenga como objetivo aprender algún tema académico, que hacerlo como escenario para proyectar nuestras emociones hacia los demás.
Las actividades en equipo son la mejor opción para fomentar la asertividad, la empatía y poner a prueba el control de las emociones en los niños, ya que la interacción entre ellos para perseguir un objetivo en común se vuelve el escenario perfecto para desarrollar también el sentido de pertenencia y conocer mejor a las personas que los rodean.
En muchas ocasiones las actividades grupales se enfocan en competitividad, fomentando el individualismo, pero cuando están diseñadas bajo un enfoque socioemocional, los niños pueden expresar cómo se sienten sin sentirse vulnerable y a la vez, logran identificar sus emociones con las de los demás niños, generando así relaciones más sólidas.
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Dinámicas de debate
A los niños pequeños les encanta hablar y opinar sobre cualquier cosa. Están en una etapa en la que no solo están descubriendo su entorno, sino también el poder de las palabras, y para reforzar su identidad, necesitan decirle a todo el mundo cómo se sienten y lo que piensan.
Una dinámica de debate muy efectiva consiste simplemente en opinar sobre los personajes de alguna película infantil. Preguntar, por ejemplo, qué razones tenía el personaje principal para actuar de cierta manera, o indagar sobre las razones que impulsan a un personaje a hacer algo incorrecto.
Esta dinámica ofrece muchas oportunidades de desarrollar la inteligencia interpersonal en los niños: refuerza el pensamiento crítico, ejercita la tolerancia hacia las personas que no opinan igual que ellos y les enseña a escuchar con atención a los demás.
Educar a los más pequeños para entender el mundo que les rodea y, al mismo tiempo, enseñarles a comprender a los demás, es una de las labores más enriquecedoras en el proceso de aprendizaje infantil.
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Referencias
Castelló, A., & Autet, M. C. (2011). Inteligencia interpersonal: conceptos clave. Revista electrónica interuniversitaria de formación del profesorado, 14(3), 23-35.
Gardner, H. (2005). Inteligencias múltiples (Vol. 46). Barcelona: Paidós.
Gardner, H. (1983). Estructura de la mente: La teoría de las Inteligencias Múltiples. Edit.
Lara Hernández, M. F. (2015). Aprendizaje cooperativo para el desarrollo de la Inteligencia Interpersonal en los niños de 5 a 6 años (Bachelor's thesis, Universidad de Guayaquil Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación).
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