Aplica estas habilidades docentes con tus alumnos y fomenta la lectura
- Fecha de publicación: 19 de mayo de 2022

Fomentar la lectura en los estudiantes es uno de los temas que más preocupa a la pedagogía actual. Adquirir conocimiento a través de material escrito influye en todas las actividades cognitivas de los estudiantes, sobre todo en los primeros años escolares.
Los profesores deben estar preparados para ofrecer a sus alumnos las mejores herramientas para desarrollar la comprensión lectora e impulsar sus capacidades de aprendizaje. Pero ¿cuáles son las habilidades del docente que se deben tener en cuenta para genuinamente fomentar la lectura en nuestros estudiantes? Aquí te lo contamos.
“No olviden que a pesar de todo lo que les digan, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo”.
John Keats
La lectura como experiencia de aprendizaje
Cualquier actividad que se realiza con pasión influye directamente en el desarrollo psicoafectivo de nuestros alumnos; leer no es la excepción. El encuentro con un libro debe ser un descubrimiento, un diálogo constante con el mundo. Ahí radica la importancia de transmitir el gusto por la lectura.
Los primeros años de aprendizaje son una etapa crucial para lograr este objetivo: que los pequeños adquieran el hábito de los libros como una experiencia vital, que les permita desarrollar no solo habilidades cognitivas, sino también socioemocionales, de tal manera que puedan crecer de forma integral en todas las áreas de conocimiento.
En este sentido, los profesores tienen la gran responsabilidad de contar con habilidades docentes psicopedagógicas efectivas que les permitan transmitir el placer de la lectura en cualquier modelo de aprendizaje, ya sea presencial o a distancia.
Por los cambios actuales que hemos vivido, muchos educadores se cuestionan: ¿cómo puedo transmitir a mis estudiantes el placer de la lectura en los entornos de aprendizaje virtual? Ya que la modalidad a distancia puede suponer una limitación; lo cierto es que en la mayoría de los casos tiene enormes ventajas.
Para hacer de la lectura un proceso agradable para los alumnos, se necesitan desarrollar habilidades asertivas que nos ayuden a generar en ellos una interacción constante con los libros, es decir, que leer no sea solo parte de sus hábitos de estudio, sino de sus actividades cotidianas.
No existen fórmulas mágicas para hacer que los alumnos se emocionen con un libro, pero lo que sí podemos hacer es desarrollar habilidades docentes que transformen la narrativa de clase en un descubrimiento, una experiencia de lectura inolvidable.
A continuación, te contamos cuáles son esas 5 habilidades que cualquier maestro de los primeros grados escolares debe tener si quiere impulsar la lectura en sus alumnos.
5 habilidades del docente para fomentar la lectura en los alumnos
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Asertividad pedagógica
Ser asertivo es una habilidad que requiere tiempo de formación, pero con el tiempo sus resultados son muy enriquecedores. Esto nos permite transmitir nuestras ideas y emociones con efectividad, expresando nuestros puntos de vista de forma directa pero sin ser impositivos.
La asertividad pedagógica es la habilidad de transmitir información y convertirla en aprendizaje efectivo, eliminando cualquier conflicto de comunicación, ya sea por diferencias de opiniones, desinterés u otras situaciones que puedan entorpecer el proceso de aprendizaje.
Pongamos un ejemplo de asertividad pedagógica en los entornos virtuales de aprendizaje: estamos proponiendo la lectura de un libro como actividad en curso y uno de nuestros alumnos expresa que ese libro no le parece interesante. ¿Qué hacer en estos casos?
La asertividad pedagógica nos enseña que no basta con proponer una lectura, sino que previamente debemos generar una empatía con los intereses lectores de nuestros alumnos, es decir, causar una expectativa previa.
Presentar la lectura de un libro como cualquier otra actividad es reducir el acto de la lectura a un proceso académico. Lo ideal es presentarlo como una experiencia nueva, la posibilidad de acceder a algo desconocido, pero al mismo tiempo, como algo que está relacionado con sus intereses particulares.
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Diversidad estratégica
Un estudio de la Federación de Editores en España señala que en la adolescencia el hábito de la lectura tiende a disminuir, debido a que los jóvenes encuentran otras actividades de mayor interés. Es en este punto donde se vuelve prioritario generar mecanismos que inviten a los alumnos a incluir la lectura entre sus actividades de entretenimiento.
La diversidad estratégica implica generar varias alternativas que encaminen a nuestros niños a considerar la lectura como una actividad que se pueda realizar fuera del aula y que rompa con el umbral de aprendizaje académico.
A diferencia del modelo presencial, en los entornos virtuales de aprendizaje tenemos la ventaja de contar con clases asincrónicas, donde las actividades y contenido están alojados en una plataforma digital que puede consultarse en cualquier momento por los alumnos. Esto nos da la oportunidad de diseñar estrategias de lectura a corto y mediano plazo. Por ejemplo:
- Círculos de lectura
- Debates temáticos
- Lecturas colectivas
- Video-reseñas tipo Tik-Tok
- Concursos de escritura creativa
- Lecturas teatralizadas
Las estrategias anteriores funcionan muy bien, tanto en la modalidad de aprendizaje virtual como presencial. El objetivo es dotar a cada actividad de una nueva perspectiva, evitar que los alumnos se desmotiven por repetición, permitir que se relacionen con la lectura a través de dinámicas que les inviten a desarrollar la creatividad y tener una participación más activa en lectura.
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Fomentar la lectura significativa
Es probable que el profesor sea muy asertivo en sus clases y además cuente con una amplia gama de estrategias de lectura, pero si los contenidos propuestos no tienen una significación importante para los alumnos, las habilidades docentes anteriores se podrían ver limitadas.
La Universidad Pedagógica de Colombia define la lectura significativa como “el conjunto de conocimientos y competencias empleadas por el niño para la construcción de significados y la atribución de sentido a su experiencia vital”.
Lo anterior no quiere decir que el maestro deba adecuar todos los materiales de lectura a los gustos de los alumnos, va más allá: implica que el docente tenga la habilidad de transmitir los contenidos de un libro de tal manera que los jóvenes encuentren significado que puedan comprender e identificar con sus intereses diarios.
Sabemos que no es tarea fácil, por ejemplo, involucrar a los alumnos en la literatura clásica, pues lo primero que se preguntan es: “¿Qué tiene que ver conmigo El Quijote, La Ilíada o Romeo y Julieta?” y es aquí donde las habilidades anteriores (asertividad pedagógica y diversidad estratégica) trabajan en equipo para lograr que estos textos clásicos tengan un significado.
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Comprensión de lectura global
La lectura global amplía el panorama de aprendizaje de los alumnos porque les permite relacionar los contenidos de un libro con su entorno, fortaleciendo su habilidad para establecer campos semánticos cada vez más complejos.
Desde las primeras actividades donde los niños aprenden a leer sílabas, comienzan a jugar con las palabras y sus significados a partir de imágenes, sonidos y objetos. Su cerebro comienza a establecer relaciones entre lo que leen y el mundo que les rodea, haciendo que la lectura se convierta en algo más que un proceso para codificar información. El libro se convierte en una guía para comprender su entorno.
La lectura global está relacionada directamente con una metodología lectora que ya ha sido probada con excelentes resultados hace más de 50 años: hablamos del método Doman, un sistema de estimulación temprana basado en una serie de pasos específicos para “estimular las vías sensoriales del menor”, trabajando todos sus sentidos de forma progresiva. -
Ejercer la liminalidad en la literatura
Otra habilidad docente para fomentar la lectura es la liminalidad en literatura. Esta consiste en traspasar las fronteras del libro y llevar su contenido a otras áreas, pueden ser diversas artes como el cine o la música, u otras disciplinas como la ciencia.
Cuando el educador integra en sus lecturas otros contenidos relacionados con el libro, está ejerciendo la liminalidad; por ejemplo, al proponer historias como La reina de las nieves y generar dinámicas donde intervenga la adaptación de ese cuento al cine (Frozen).
Incluso hay escritos que ya están diseñados para fomentar la lectura en los alumnos el interés por otras áreas. Es el caso del libro de cuentos Las voces de los árboles, de Fernando M. Reimers y Elisa Guerra (experta en educación preescolar). El libro aborda historias amenas y emotivas que permiten a los niños generar conciencia sobre el cuidado del planeta.
Se puede promover la liminalidad en la literatura de muchas otras maneras. Además del cine, los libros tienen una estrecha relación con la música, las historietas, las series animadas e incluso con los videojuegos, lo que amplía las posibilidades estratégicas en clase para integrar dinámicas como la gamificación.
Aunque no es considerada una habilidad docente, sino una emoción, es muy importante que el maestro posea una genuina pasión por la lectura. Muchos de los contenidos que los estudiantes aprenden lo hacen por imitación (principalmente cuando son pequeños); comienzan imitando a los padres y después a sus maestros.
Cuando un maestro proyecta pasión por la lectura, transmite una genuina motivación en los alumnos, haciendo que sientan curiosidad por saber qué es lo que al educador le causa tanto interés por los libros.
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Referencias
Cabarcas Arrieta, J. (2018). Metodología docente para el desarrollo de habilidades de lectura en los estudiantes del grado primero (Doctoral dissertation).
Sarauz, P. S., & Gutiérrez, L. G. (2019). Liminalidad: entre la ilustración y la literatura infantil. Ñawi: arte diseño comunicación, 3(2), 199-209.
Roncancio, S. E. P., Valero, L. A., & Rodríguez, C. A. M. (2019). Fundamentación de la lectura significativa en transición, para fortalecer la lectura comprensiva y crítica. Educación Y Ciencia, (22), 335-354.
Vidal García, A. (2016). Métodos para la enseñanza de la lectura: el método global.
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