5 emociones negativas en tus alumnos: ¿cómo gestionarlas?
- Fecha de publicación: 26 de diciembre de 2022

Las emociones negativas de en los niños pueden influir seriamente en su proceso de aprendizaje. Ayúdales a tus alumnos a identificar y gestionar su estado emocional para generar un ambiente ideal dentro y fuera del aula.
Conoce los 5 tipos de emociones negativas que los alumnos manifiestan con mayor frecuencia, cómo influyen en su conducta y qué prácticas útiles puedes aplicar para ayudarles a gestionarlas en el aula.
¿Cómo afectan las emociones negativas en la educación?
Las emociones y el aprendizaje han tenido una relación muy estrecha desde hace siglos: ya Aristóteles expresaba en su Ética, que “las emociones se definen básicamente como afecciones acompañadas de placer o dolor”2 y la forma en que lidiamos con ellas tiene importantes repercusiones en el aprendizaje.
Por lo general, los estudiantes que no cuentan con la capacidad de reconocer y gestionar sus estados de ánimo presentan un bajo aprovechamiento escolar, dificultades para concentrarse, retener y procesar información, o para desarrollar otras habilidades cognitivas relacionadas con la reflexión y el análisis.
Muchos cambios emocionales de los estudiantes son parte de su desarrollo infantil y preadolescente y es precisamente por eso que debemos contar con el conocimiento necesario para orientarlos y ayudarlos a gestionar lo que sienten en estas etapas de su vida.
Ejemplos de emociones negativas que afectan el proceso de aprendizaje
La relación entre las emociones y el aprendizaje tiene una gran paradoja: la construcción del conocimiento es un proceso racional, pero depende en gran medida de la emoción, que se considera una experiencia psicológica irracional.
En términos básicos, podemos decir que durante el proceso de aprendizaje los estudiantes no piensan lo que sienten, pero sí sienten lo que piensan. Esto puede resultar un poco confuso, pero si observamos algunos ejemplos de emociones negativas tendremos una idea más precisa:
Imaginemos que un alumno presenta su proyecto de ciencias a los compañeros de clase: algunos de ellos, con tendencia al bullying, lo critican de forma negativa y se burlan del proyecto exagerando sus defectos, o ridiculizando el trabajo en general.
El alumno comienza a interiorizar estos comentarios y los toma como verdaderos. Entonces sus pensamientos comienzan a influir en sus emociones y en su diálogo interno, surgen expresiones como: “no soy bueno para esto”, “no tengo talento”.
Este diálogo interno rápidamente se traduce en emociones negativas e irracionales: sensaciones de incompetencia, fracaso, enojo o frustración; y lo que pudo ser solamente una mala experiencia en la clase, se puede convertir en un evento traumático que podría afectar su desempeño académico a corto y largo plazo.
5 emociones negativas que afectan el aprovechamiento de tus alumnos
Una de las aportaciones más conocidas al estudio de las emociones es, sin duda, el concepto de inteligencia emocional, que Daniel Goleman define textualmente como:
“La capacidad de tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones […] acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal.”3
Desarrollar la inteligencia emocional les permitirá a nuestros alumnos identificar qué están experimentando en su interior y poderlo traducir a comportamientos y acciones prácticas, rechazando los comportamientos que generan emociones negativas.
Sin embargo, para lograrlo, primero es necesario identificar cómo se manifiestan estas emociones negativas, entendidas como el producto de un mal manejo de ciertas situaciones que los alumnos viven diariamente, tanto en el aula como en la vida diaria.
Derivado de la reciente pandemia, muchos especialistas4 coinciden en que el confinamiento detonó 5 emociones negativas que incrementaron sus efectos a causa de los cambios drásticos en los entornos de aprendizaje.
-
Soledad
La soledad no siempre implica estar alejado de la gente. Muchos adolescentes se sienten solos incluso rodeados de muchas personas y esto se debe a una necesidad inherente de pertenecer a un grupo y tener una identidad. Hoy en día la soledad es considerada “una epidemia de la sociedad moderna, un problema de salud pública”4 y sus efectos en la educación no deben tomarse a la ligera.
La necesidad de adaptación a los cambios físicos y psicosociales hace de la adolescencia una etapa compleja: los jóvenes están más vulnerables a la crítica social, lo que puede derivar en otras emociones negativas como el rechazo.
-
Frustración
Se define como una respuesta emocional negativa, la cual experimentamos cuando somos incapaces de satisfacer una necesidad o deseo. Cuando la frustración es muy fuerte, esta puede desembocar en actitudes o conductas violentas y “mezclarse” con otras emociones como la decepción o la ira5.
Los alumnos son mucho más propensos a dejarse llevar por la frustración que los adultos y se debe a varios factores, entre los que podemos destacar la falta de experiencia para lidiar con situaciones conflictivas, el temperamento y la necesidad de desarrollar un carácter resiliente.
-
Ansiedad
El Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos señala que “cerca de 1 de cada 3 adolescentes entre las edades de 13 y 18 puede tener un trastorno de ansiedad6” y según la tendencia, los casos a nivel mundial parecen no solo ir en aumento, sino que cada vez se presentan en edades más tempranas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “La ansiedad es una reacción emocional normal ante situaciones amenazantes para el individuo”7. Sin embargo, este cuadro emocional se puede volver un trastorno cuando dichas amenazas son ficticias, infundadas, o sobredimensionadas.
En los estudiantes, la ansiedad puede ser detonada por otras emociones negativas como la frustración (al no alcanzar las expectativas de éxito académico), miedo a la soledad y al rechazo, que puede potenciar sus efectos por otros factores como el uso excesivo de las redes sociales.
-
Miedo
No debemos confundir la ansiedad con el miedo: a simple vista parecen lo mismo, porque el alumno ansioso puede sentir temor, pero en realidad lo que predomina es un estado de alerta constante sobre un montón de amenazas (reales o ficticias) que le hacen creer que está en peligro.
El miedo, por su parte, es provocado por un estímulo de peligro y a diferencia de la ansiedad, surge como un mecanismo de defensa que nos pone en estado de alerta inmediata para reaccionar y salvaguardar nuestra integridad física.
En ningún caso la ansiedad genera efectos positivos, el miedo, por su parte, cuando es afrontado con inteligencia emocional, nos sirve para desarrollar el sentido de la sobrevivencia.
-
Ira
Al igual que el miedo, la ira puede parecer a simple vista una emoción negativa, pero también forma parte de las sensaciones humanas que cumplen una función de sobrevivencia. Se manifiesta como un estado exacerbado de irritabilidad que incrementa el ritmo cardiaco y la presión sanguínea.
La ira es una manifestación agresiva del miedo. En este sentido, muchos estudiantes recurren a ella como último recurso para enfrentar una amenaza, aunque también es un reflejo de falta de carácter y autocontrol.
Lidiar con las emociones de los alumnos puede ser muy complejo, sobre todo, si no se tienen a la mano las herramientas conductuales adecuadas. Esto puede originar un entorno caótico, en donde no existan las condiciones para desarrollar el aprendizaje.
Te puede interesar: 👉 ¿Cómo las emociones afectan el cerebro de tus estudiantes?
4 pasos para ayudar a los alumnos a lidiar con las emociones negativas en clase
Manejar las emociones y aprender a gestionarlas con éxito, no tiene por qué ser un problema. Al contrario, es una gran oportunidad para ayudar a nuestros alumnos a aprender a través de las emociones positivas y negativas y usarlas a su favor para mejorar sus habilidades sociales en el ámbito educativo.
-
Ayúdales a identificar sus emociones
Muchas emociones negativas como la frustración, el miedo o la ansiedad, surgen de la incertidumbre: cuando los alumnos no saben definir lo que ocurre o se sienten indefensos.
En cambio, al identificar y nombrar lo que sienten, pueden encontrar una ruta cognitiva, es decir, ser capaces de expresar lo que les está pasando, darle un orden a esa experiencia caótica.
Si en lugar de decir: “¡No entiendo qué te pasa!”, se le pregunta al alumno cómo se siente y se le da la oportunidad de expresarse, podrá notarse un cambio excepcional. -
Conduce su emoción en lugar de reprimirla
Tratar de reprimir la emoción de un alumno es como tratar de frenar un auto a toda velocidad en 2 segundos. A menos que la situación ponga en peligro su integridad física o la de otros compañeros, la respuesta más adecuada será ayudarle a transitar por ese estado hasta recuperar el equilibrio emocional.
-
Nunca desestimar, infravalorar o menospreciar sus emociones
Decirle a un alumno que se está “ahogando en un vaso de agua”, es quizá la peor manera de ayudarle a gestionar sus emociones. En primer lugar, porque no es posible determinar la intensidad de lo que está padeciendo desde su punto de vista.
En cambio, si el alumno observa que se toma muy en serio su estado emocional y que se le da una importancia real, no solo se sentirá escuchado, sino también comprometido a trabajar en sus estados de ánimo.
-
Contagia a tus alumnos de emociones positivas
Dicen que las emociones son como estar enamorado: es algo que simplemente no se puede ocultar y del mismo modo que las emociones negativas tienen una fuerte influencia en nuestra vida, las emociones positivas también pueden causar reacciones extraordinarias.
Todos hemos experimentado esa sensación de tranquilidad o alegría cuando estamos junto a una persona positiva. Su sola influencia es suficiente para mejorar nuestro estado de ánimo y olvidar por qué nos sentíamos enojados o ansiosos.
A veces, la mejor estrategia no consiste en lidiar con las emociones de los alumnos, sino con las nuestras. Un docente capaz de contagiar a sus alumnos de un estado de ánimo positivo generará en ellos la empatía suficiente para lidiar con sus sentimientos negativos y transformarlos en experiencias de aprendizaje
La gestión de las emociones es fundamental para lograr que nuestros alumnos puedan mejorar su aprovechamiento escolar y alcanzar su máximo potencial, además de desarrollar en ellos la inteligencia emocional, que les será de gran ayuda a lo largo de la vida.
En Pearson estamos comprometidos con los temas más relevantes en la educación, para abrir más y mejores oportunidades socioeconómicas en toda la región. Además de los mejores consejos para tu práctica docente, también contamos con¿ya las conoces? Sigue el enlace y entérate de sus beneficios.
Rerefencias
1, Carrazana, Valeria. (2003). EL CONCEPTO DE SALUD MENTAL EN PSICOLOGÍA HUMANISTA-EXISTENCIAL. Ajayu Órgano de Difusión Científica del Departamento de Psicología UCBSP, 1(1), 1-19. Recuperado en 16 de octubre de 2022, de http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2077-21612003000100001&lng=es&tlng=es
2, Trueba Atienza, Carmen. (2009). La teoría aristotélica de las emociones. Signos filosóficos, 11(22), 147-170. Recuperado en 17 de octubre de 2022, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-13242009000200007&lng=es&tlng=es
3, Goleman, D. (2018, 18 abril). La inteligencia emocional: Por qué es más importante que el cociente intelectual (1ra edición). Penguin Random House Grupo Editorial.
4, Carvajal-Carrasca, Gloria, & Caro-Castillo, Clara Virginia. (2009). Soledad en la adolescencia: análisis del concepto. Aquichan, 9(3), 281-296. Retrieved October 16, 2022, from http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1657-59972009000300008&lng=en&tlng=es.
5, Maguey, H. (2022, 4 mayo). Trabajemos en la tolerancia a la frustración. UNAM Global. Recuperado 16 de octubre de 2022, de https://unamglobal.unam.mx/trabajemos-en-la-tolerancia-a-la-frustracion/
6, La ansiedad en los adolescentes va en aumento: ¿qué está pasando? (s. f.). HealthyChildren.org. Recuperado 16 de octubre de 2022, de https://www.healthychildren.org/Spanish/health-issues/conditions/emotional-problems/Paginas/Anxiety-Disorders.aspx
7, Delgado, E., De La Cera, D., Lara, M., & Arias, R. (2021). Generalidades sobre el trastorno de ansiedad. Revista Cúpula, 35(1), 23-36.
Déjanos un comentario