Dislexia en niños: 4 consejos para ayudar a los padres de familia

  • Fecha de publicación: 6 de enero de 2023
Dirigidos a Maestros
Tiempo de lectura: 8 min.

La dislexia en niños es un problema que afecta a más del 10% de la población mundial. Al ser un trastorno que limita sobre todo la capacidad de lectoescritura (habilidad esencial para el aprendizaje), muchos padres y maestros necesitan de la orientación adecuada para ayudar a sus hijos con esta condición.


Te invitamos a conocer los aspectos más relevantes de este trastorno: los síntomas más comunes del niño disléxico, así como 4 consejos realmente útiles para orientar a los padres y maestros.

¿Cómo se manifiesta la dislexia en los niños?

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La dislexia en niños es un trastorno que afecta el desempeño en la lectura y, por ende, puede limitar el aprendizaje. En términos generales, se manifiesta cuando el niño tiene dificultades para hablar, leer, escribir y aprender nuevas palabras.

Para saber cómo ayudar a un niño con dislexia, debemos conocer algunos síntomas generales, por ejemplo, que pueden tener mayor dificultad para procesar información (lo que se puede traducir en limitaciones de la memoria a corto plazo), así como ralentizar sus capacidades motrices o manifestar cierta desorientación en sus habilidades visuales y/o auditivas. 

Es muy importante aclarar que la dislexia no es un problema cognitivo: un niño disléxico posee una inteligencia normal y, en la mayoría de los casos, puede estudiar y desenvolverse con éxito en la escuela, siempre que tenga la orientación y la tutoría adecuadas.

Aunque la dislexia es un trastorno de aprendizaje que no tiene cura –en el caso del tipo congénito–, cuando es detectada a temprana edad se puede tratar con excelentes resultados, permitiendo que el niño se desenvuelva normalmente y pueda disfrutar de una vida normal.

Síntomas comunes de la dislexia en niños

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A simple vista, parece que los síntomas de la dislexia son fáciles de reconocer, pero es muy fácil confundirla con otras conductas similares, producto de diversos factores que provocan en el niño un estado temporal de distracción, desorientación, o desinterés por la lectura, por ejemplo:

  • Déficit de atención
  • Falta de estímulos comunicativos
  • Algún evento traumático

Este último caso –una situación dramática o impactante, como la ausencia de un ser querido–, puede desencadenar que el niño presente falsos síntomas de dislexia, cuando en realidad está pasando por una fase de desatención temporal.

Por otro lado, es común que la mayoría de los signos de dislexia no se reconozcan hasta que el niño ingresa a la escuela. Sin embargo, hay algunas señales que nos pueden ayudar a identificar estos eventos mucho antes de la etapa escolar, por ejemplo: 

  • Tarda en pronunciar sus primeras palabras: se estima que, entre los 18 meses y los dos años, un niño ya debería expresar palabras completas (e incluso algunas oraciones simples).
  • Invierte el orden de algunas palabras: tiene dificultad para organizar sintácticamente los términos, así como darle un orden secuencial a una conversación.
  • Comete errores de dicción: tergiversa o modifica la estructura de las palabras, cambiando no solo el orden, sino la acentuación, e incluso el significado.
  • Tarda en reaccionar cuando se comunican con él: debido a la desorientación que produce la dislexia, el niño requiere más tiempo de reacción cuando se comunica.

Sin embargo, ya que el niño alcanza la edad escolar, los docentes y el área de orientación psicopedagógica suelen ser los primeros en identificar la situación, así como determinar la gravedad del trastorno.

Esto puede resultar muy positivo, sin embargo, los docentes y psicopedagogos no pueden apoyar en casa, por lo que muchos padres de familia se sienten agobiados ante la falta de orientación para lidiar con la situación en el entorno familiar.

Dislexia en niños: 3 consejos para ayudar a los padres de familia

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  1. Identificar exactamente el tipo de dislexia

    A la gran mayoría de los padres de familia les preocupa que sus hijos estén sufriendo algún tipo de trastorno sin darse cuenta, pero antes de sobredimensionar la situación, es muy importante comprender que los síntomas pueden variar de un niño a otro y esto dependerá también del hecho de que existen al menos 3 tipos de dislexia común

    • Dislexia superficial: es la más frecuente en los niños y, afortunadamente, sus afectaciones no suelen muy profundas, ya que los síntomas recurrentes son algunas confusiones de lectura relacionadas con la formación de sílabas, repetición de palabras, acentuación y la identificación de signos ortográficos.

    • Dislexia fonológica: sus síntomas son la dificultad de la lectura –especialmente con palabras de más de 3 sílabas–, o la inclusión de términos nuevos, para los que no tiene un referente en cuanto a la pronunciación. Este tipo de dislexia se asocia directamente con algo que llamamos la “ruta fonológica”, es decir, el camino procesual que sigue nuestro cerebro para traducir los signos –palabras– en sonidos.

    • Dislexia adquirida: es producto de una lesión o traumatismo cerebral, el cual ha dañado ciertas redes neuronales que se encargan del procesamiento de la información obtenida a través de la lectoescritura.

    Diagnosticar con exactitud el tipo de dislexia en el niño no es un consejo solamente, es una prioridad; de ello dependerán las medidas que se tomen a futuro, tanto en la escuela como en el hogar, lo que les evitará muchos dolores de cabeza y, sobre todo, inmensas frustraciones por parte de los padres al no saber qué es lo que realmente está afectando su capacidad de lectoescritura.

  2. No caer en la tentación de evadir el problema

    padres-con-ninoAsí como hay padres que se muestran alarmados ante el más diminuto síntoma de dislexia, también existen otros que hacen todo lo contrario: tratan de minimizar el problema y, en ocasiones, de ignorarlo completamente, buscando argumentos para no enfrentar la situación.


    Es cierto que, como docentes, algunos llegamos a pensar que es este es un acto de irresponsabilidad o negligencia por parte de los padres, pero no es así: debemos aclarar que, por lo general, estos padres se comportan así porque tienen la esperanza de que la situación sea temporal y mejore con el tiempo.

    De hecho, la mayoría de los padres que actúan así lo hacen porque tienen las mejores intenciones del mundo y las expectativas en sus hijos son tan altas, que confían en que tendrán la fortaleza necesaria para superar el problema.

    Muchos docentes, pediatras y pedagogos, han escuchado a estos papás decir cosas como: “Es normal, yo a su edad tampoco sabía leer muy bien. Se le pasará con el tiempo” y dejarán que el trastorno avance hasta convertirse en un cuadro difícil de tratar.

    Este consejo es tan importante como el anterior, pues en la medida en que se logre que empiecen a aceptar la presencia de dislexia en su hijo, él también será capaz de comprender qué le ocurre y, en consecuencia, comenzará a dimensionar qué implica vivir con dislexia.

  3. Fomentar en los papás la empatía hacia la dislexia de su hijo

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    Muchos docentes quisieran decirles a los padres de los niños con dislexia: “¡No pierdan la paciencia! Su hijo los necesita hoy más que nunca”, pero sabemos que eso no es suficiente. Además, debemos ayudarlos a transitar por las 4 fases más frecuentes en esta situación:

    • Negación: los padres evasores pueden “instalarse” mucho tiempo en esta fase, sin tomar en cuenta que, cada día que no se atiende este trastorno, sus efectos colaterales están avanzando en su hijo.

    • Incertidumbre: al desconocer los alcances de la dislexia en su hijo, los padres adoptan una de las conductas antes mencionadas: tiende a sobredimensionar el problema, o buscan evitarlo a toda costa.

    • Ira: la mezcla de incertidumbre, preocupación e indefensión puede hacer que los padres manifiesten algunos ataques de “enojo ciego”, es decir, breves pero intensos ataques de ira, producidos además por la incapacidad de dirigir sus emociones negativas hacia un “culpable” en particular.

    • Frustración: todos los padres tienen grandes expectativas en sus hijos y ayudarles a cumplir sus metas suele convertirse en su proyecto personal; pero cuando la dislexia aparece, su conducta cambia; sienten que esas metas jamás se verán cumplidas y les sobreviene la frustración.

¿Cómo ayudar a los padres de familia a sobreponerse de estas fases? La respuesta está en la empatía

nina-leyendo-en-tabletEs muy importante que los papás tomen consciencia de que no son ellos, sino su hijo, quien más está sufriendo en esta situación. Hacerles entender que, antes de ingresar a la escuela, el niño vivía un entorno feliz, pero una vez que se enfrenta a la necesidad de leer y escribir, empieza a experimentar momentos frustrantes socioemocionalmente, sobre todo al ver que sus compañeros lo superan en cuanto a habilidades que implican comprender una lectura.

En estos casos, el docente puede apoyar a los padres de familia dotándolos de las herramientas necesarias para motivar a su hijo, empatizar con su condición, fortalecer su autoestima y generar un ambiente familiar que lo haga sentir seguro y empoderado para alcanzar una vida plena y funcional.

Apoyar a los padres de familia en el cuidado y tratamiento de un niño con dislexia implica orientarlos con prácticas efectivas, además de dotarlos de recursos, herramientas y ejercicios que les permitan no solo motivar a sus hijos, sino también acompañarlos en su proceso de aprendizaje desde el hogar, generando las condiciones adecuadas para que su puedan acceder a una educación de calidad.

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Referencias

Anzueto Chacón, L. R. (1995). Guía de estrategias para padres de niños con dislexia (Doctoral dissertation, Universidad del Valle de Guatemala).

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Morón, M. T. P., Martín, C. R. R., López-Liria, R., Góngora, D. P., & Acién, F. L. (2008). Intervención de los padres para prevenir y mejorar la dislexia. International Journal of Developmental and Educational Psychology, 4(1), 553-556.

Olaya Muñeton, D. (2018). Ayúdame a aprender: un reto para padres de familia de niñas y niños con dislexia.

Ortiz, R., Jiménez, J. E., Muñetón, M., Rojas, E., Estévez, A., Guzmán, R., ... & Naranjo, F. (2008). Desarrollo de la percepción del habla en niños con dislexia. Psicothema, 20(4), 678-683.

Tizón, C. B. (2009). Conocer la dislexia y corregirla. Innovación y experiencias educativas, 14(1), 9.

 

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